Entre la famosa foto retocada de Nicolás Sarkozy en la que un michelín desaparecía por obra y gracia del Photoshop y la actual imagen del presidente francés hay, al menos, cuatro kilos, dos tallas de pantalón, una responsable (la entrenadora personal Julie Imperiali) y, sobre todo, el trabajo físico de una parte del cuerpo: el perineo.
Inducido por su esposa, Cara Bruni-Sarkozy, el líder francés empezó a seguir el revolucionario método de entrenamiento de Imperiali, una ex bailarina y gimnasta de 26 años.
Hasta ese momento, su actividad física se ceñía a correr por los jardines del Elíseo junto a su primer ministro François Fillon, pero seguía luciendo una imagen de ligero sobrepeso.
Zona tabú
Así pues, desde el pasado mes de abril, Sarkozy pasó de los jardines al interior del palacio y a centrarse en el perineo, la zona que une el ano y la base de los testículos.
"Ha sido un tabú durante mucho tiempo, pero el perineo es el suelo de nuestro cuerpo y si no lo mantienes en forma es como si tu casa no tuviese suelo. Te vuelves incontiente, tus órganos se caen y tienes una mala postura. Volverte consciente del perineo te hace consciente del interior de tu cuerpo", ha detallado Imperiali en declaraciones recogidas por el Daily Telegraph.
Para hacerse consciente de la presencia del perineo, la entrenadora recomienda que nos imaginemos que tenemos unas ganas terribles de orinar y que no podemos. En ese momento, ese músculo hace fuerza.
Vertiente sexual
Pero, además, el reforzamiento del perineo tiene una clara connotación sexual. "Las relaciones sexuales son mejores si el perineo masculino está en buena forma. Los problemas de la eyaculación precoz a menudo se deben al perineo", ha subrayado la entrenadora.
El método de Imperiali no sólo tiene éxito en los Sarkozy; también lo siguen varios ministros, hombres de negocios, la supermodelo holandesa Karen Mulder y princesas saudíes.
Eso sí, tener un perineo en forma cuesta dinero: entre 100 y 150 euros la hora.