Un niño de 23 meses murió el pasado lunes en Sevilla por un golpe de calor tras quedar durante más de tres horas en el interior de un coche al sol mientras su padre asistía a una reunión de trabajo. El juzgado de instrucción 5 de Sevilla ha abierto diligencias.
Fuentes del caso han informado de que el suceso ocurrió el pasado viernes 18 de julio, cuando el padre del pequeño, que es profesor en un instituto de Camas (Sevilla), se despistó y se olvidó de dejarlo por la mañana en la guardería.
El niño se había quedado dormido en su sillita del coche y el padre, que había empezado a llevarlo a la guardería a principios de mes, sufrió un despiste en su trayecto habitual y dirigió el coche hacia su lugar de trabajo.
Una vez en el instituto, se olvidó del pequeño y asistió a una reunión para firmar las actas de fin de curso. Cuando regresó al aparcamiento a las 12.30 descubrió la tragedia y se encontró a su hijo inconsciente.
43 grados de fiebre
El pequeño fue trasladado al Centro de Salud de Camas y luego al hospital infantil Virgen del Rocío, con una fiebre de 43 grados. Allí pasó tres días en coma y falleció el pasado martes con un diagnóstico de golpe de calor, han añadido las fuentes.
El centro hospitalario cursó la denuncia obligada en todos los casos de muerte no natural y el juzgado de instrucción 5 de Sevilla ha abierto diligencias, que se encuentran a la espera del informe de autopsia.
El pequeño sufrió una grave deshidratación pues estos días se registran en Sevilla temperaturas próximas a los 40 grados, que se elevan considerablemente dentro de un vehículo cerrado dejado a la intemperie.
El fallecimiento se produjo por muerte cerebral y los padres del niño donaron sus órganos, han añadido las fuentes, que han precisado que el matrimonio, que tiene otros dos hijos mayores, está destrozado
Dos niños muertos en Francia
Esta semana, en Francia, una niña de tres años murió deshidratada por un descuido de su propio padre, que se olvidó de ella y la dejó todo el día en el coche a pleno sol. Sucedió en Saint Marcel, en el centro-este del país, después de que el padre que la debía haber llevado a casa de la niñera se la dejó olvidada en su coche mientras él se fue a trabajar.
La muerte de la niña es el segundo suceso de este tipo en lo que va de mes en Francia. Hace dos semanas, un niño de dos años y medio falleció en las mismas condiciones en Pont de Chéruy, al sureste de Francia.