El 37º Congreso del PSOE respaldará "la desaparición progresiva de liturgias y símbolos religiosos en los espacios públicos y en los actos oficiales". Finalmente, el PSOE no pedirá la supresión de los funerales de Estado ni la revisión de los Acuerdos con la Santa Sede.
En un primer momento, el partido hizo mención explícita a la "la desaparición de la confesionalidad" en "los funerales de Estado", y de hecho mandó una nota de prensa diciendo que el plenario iba a aprobar esa enmienda.
Pero Ramón Jauregui, vocal de la ponencia, ha sido tajante en una comparecencia posterior: "Nos hemos negado a pretensiones que han querido ir más lejos". El veterano dirigente socialista ha destacado que en la reforma que promoverá su grupo primará la "mesura". "Reconocemos que la laicidad es un proceso, no se impone por ley", ha añadido.
El número dos del grupo parlamentario socialista se ha justificado diciendo que "no hay una liturgua alternativa a un funeral" como lo organiza la Iglesia.
También ha explicado que no se ha aceptado la enmienda de Izquierda Socialista para denunciar el Concordato, aunque ha apelado a la jerarquía católica para que acepte que el Estado no puede mantener "de manera eterna" unas "relaciones privilegiadas con la Iglesia".
En el texto que saldrá del Congreso, los socialistas consideran que "es necesaria una nueva ley que contemple en toda su amplitud esa realidad plural para regular sin discriminaciones los derechos de la ciudadanía en el ejercicio de sus libertades de conciencia, de asociación y de expresión en lo que afecta a la pertenencia a comunidades religiosas", subraya el texto.
Esa reforma, según los socialistas, "debe abordar también la desaparición progresiva de símbolos y liturgias religiosas en los espacios públicos y en los actos oficiales de Estado", como las tomas de posesión, ya que "el mandato de la ley de Libertad Religiosa así lo exige".
Hace poco más de un mes, el Congreso de los Diputados rechazó la petición de Izquierda Unida para prohibir los símbolos religiosos en esos actos, por 309 votos en contra y solo nueve a favor.
Entonces, el portavoz del PSOE, José Antonio Alonso, se mostró contrario a regular por ley esa materia, aunque ya avanzó que el partido era partidario de una "progresiva" retirada de los símbolos religiosos.