Dos hermanas gemelas de Las Palmas de Gran Canaria se conocieron en 2001 al cabo de 28 años de vidas separadas tras un presunto error médico cometido en la sala de incubadoras del antiguo hospital Nuestra Señora del Pino, donde se les habría asignado a familias distintas. Una amiga de una de ellas reconoció a la otra y propició su encuentro, aunque un análisis de ADN ya ha confirmado que son hermanas.
El caso, que se encuentra ante la justicia, surgió de una causalidad, ya que una de las hermanas acudió en 2001 a una tienda de un centro comercial de la ciudad canaria, donde la amiga de la otra gemela trabaja como dependienta y a quien le extraño que la chica, al pedirle una prenda de ropa no la saludara, por lo que llamó a una tercera amiga y le comentó su enfado.
Esta última se puso en contacto con la otra gemela, que negó que hubiera ido a comprar ninguna vestimenta. Días después, la hermana apareció nuevamente por la tienda para devolver una prenda y en ese momento la dependienta la retuvo y le preguntó sobre su identidad.
El ADN lo confirma
Su asombro fue tan grande que decidió proponer un encuentro, ya que los rasgos de su amiga y la desconocida eran "muy parecidos". Días después, las tres se encontraron en el mismo centro comercial y, al verlas juntas, confirmó el enorme parecido entre ambas. Además, confirmaron que habían nacido el mismo año y en el mismo centro hospitalario, aunque con tres días de diferencia.
Al verse prácticamente ante su espejo, la segunda gemela comentó que tenía otra hermana gemela, aunque "la verdad es que no se parece" mucho a ella, según su abogado, Sebastián Socorro. Sin embargo, por temor a la trascendencia familiar de la revelación, no quiso someterse a un análisis de ADN hasta 2004, que definitivamente confirmó una similitud del 99,99%.
Las pruebas ha determinado que las hermanas gemelas naturales efectivamente habían nacido el mismo día, mientras que la hermana no biológica de una de ellas fue la que nació con tres días de diferencia.
Exigencia de indemnización
Las tres han decidido exigir responsabilidades a la Administración canaria, formulando una reclamación ante la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias por "responsabilidad patrimonial" en el funcionamiento anormal de la administración sanitaria pública, por la que piden tres millones de euros como indemnización.
La Consejería, según Socorro, deja entrever "que si hubo algún tipo de manipulación fue por parte de los progenitores fuera del centro hospitalario" y ha cifrado en 700 euros la indemnización en caso de que el juez falle una supuesta negligencia médica con daños morales a las afectadas.