El terremoto que ha dejado en la provincia china de Sichuan más de 8.500 muertos y unos 10.000 heridos ha provocado la reacción del presidente de EE.UU, George Bush, que ha ofrecido ayuda a las víctimas de esta catástrofe para paliar sus devastadores efectos, y del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, que ha asegurado sentirse "profundamente afligido" por las pérdidas de vidas humanas.
- El presidente estadounidense ha expresado sus condolencias a las víctimas del terremoto en la provincia china de Sichuan y ha asegurado que su país está dispuesto a ayudar de cualquier manera posible. En un breve comunicado distribuido por la Casa Blanca, Bush se ha declarado "particularmente entristecido por el número de estudiantes y niños afectados por esta tragedia".
El secretario general de la ONU ha mostrado sus condolencias con todas las víctimas chinas y ha lamentado la destrucción causada por el terremoto que ha sacudido el suroeste de China.
"Naciones Unidas está lista para apoyar al Gobierno de China en su labor de respuesta a las necesidades humanitarias provocadas por el desastre", ha asegurado.