Las reacciones a la decisión de Eduardo Zaplana se han sucedido a lo largo del martes, en un jornada de gran actividad parlamentaria con la celebración de la reunión del Grupo Popular y más tarde con el primer pleno del Congreso.
- Mariano Rajoy ha afirmado que Eduardo Zaplana ha sido un "extraordinario" portavoz en el Congreso durante cuatro años y ha asegurado que espera que a partir de ahora "siga colaborando" con el Partido Popular en la medida que le sea compatible. Rajoy ha hecho estas declaraciones después de presidir la reunión de su grupo parlamentario en la que se ha designado a los portavoces del partido en las distintas Comisiones del Congreso.
- Soraya Sáenz de Santamaría, quien ha sustituido a Zaplana como portavoz en el Congreso, ha asegurado que el fichaje por parte de Telefónica demuestra que los populares "están preparados" tanto para la política como para la empresa privada.
- José Antonio Alonso, portavoz parlamentario del PSOE, ha deseado "lo mejor" a Zaplana, ha anunciado: "No voy a hacer más lecturas que respetar su decisión y desearle lo mejor en su próxima vida profesional".
Alfonso Guerra, diputado del PSOE y vicepresidente del Gobierno de Felipe González, ha dicho que Zaplana ha optado por "el camino de hacer dinero".
- "La cosa se veían venir", ha asegurado Guerra, que considera a Zaplana una "persona muy polémica" ha hecho una "oposicón a veces sin razonamientos".
- Josep Antoni Duran i Lleida, portavoz de CiU en la Cámara Baja, ha dicho que Zaplana "con sus aciertos y sus defectos, ha hecho una contribución a esta casa", y le ha deseado lo mejor en su nueva etapa en la empresa privada.
- Joan Tardá, portavoz parlamentario de ERC, ha aegurado que "es una buena noticia que un señor como Zaplana deje la política" porque, en su opinión, el diputado deja tras de sí "una estela de conservadurismo y de cierto fanatismo"
Gaspar Llamazares, coordinador general de Izquierda Unida, ha asegurado que la decisión del diputado y ex portavoz popular en el Congreso, Eduardo Zaplana, de dejar su escaño demuestra "los túneles oscuros entre la política y las empresas públicas privatizadas". Llamazares cree que se deberían evitar estas conexiones, porque da la impresión de que las empresas privatizadas "no son tan privadas".