Josef Fritzl, el hombre que mantuvo prisionera a su hija durante 24 años en Austria y engendró siete hijos incestuosos con ella, estuvo encarcelado por un delito de agresión sexual, según informa el diario británico 'The Times'.
Según el diario británico, el 'carcelero de Amstetten' también cumplió pena al menos en otra ocasión, por provocar un incendio, delito por el que habría cumplido una pena de prisión a finales de la década de 1960. Los fiscales austriacos han manifestado que estaban al corriente de ello y que están examinando los documentos de los archivos judiciales, en busca de más antecedentes del detenido.
La noticia llega cuando Austria sigue estupefacta, preguntándose cómo pudo mantenerse en secreto el abuso continuado al que este técnico de electrotecnia jubilado, de 73 años, sometió a su hija durante casi un cuarto de siglo y a sus tres hijos-nietos, de 19, 18 y 5 años, desde que nacieron.
Para la mayoría de los vecinos del barrio, señala 'The Times', Josef Fritzl y su mujer Rosemarie, de 69 años, eran unas personas honradas, e incluso ejemplares, que habían conseguido sacar adelante a los tres pequeños abandonados por Elizabeth, la hija que había abandonado el hogar hacía 24 años para ingresar en una especie de grupo religioso.
"Parecían normales, como cualquier otra familia", afirma Günter Prameiter, dueño de una panadería de la misma calle donde vivían los Fritzl. Otro vecino destaca el cuidado de la mujer, que llevaba a los tres niños, que hoy tienen entre 10 y 15 años al colegio, y que a ojos de los vecinos eran nietos del matrimonio, rescatados de la secta donde estaba su hija desaparecida. "Solíamos decir que era increíble que se las apañase para hacer eso a su edad", añade.
Sin embargo, lo cierto es que bajo la apariencia de una familia normal y decente se ocultaban los horrores que se han descubierto en la celda en la que Josef Fritzl mantuvo cautivos sin ver la luz del sol a los otros tres hijos que engendró a su hija Elizabeth, fruto del incesto.