Un grupo de estudiantes de la Universidad Complutense de Madrid está cumpliendo el deseo de cualquier padre con hijos universitarios. Llevan una semana encerrados para estudiar. El problema es la asignatura, que no es ninguna de la carrera que estudian, sino el controvertido Plan Bolonia.
Son cerca de 200 y están concentrados día y noche en la Facultad de Filosofía. Durante esta semana han trabajado sin parar para abrir un debate sobre el plan aprobado en la Unión Europea para armonizar el mapa universitario del continente.
Para ello, no han dudado en crear incluso comisiones de textos, en las que se estudian a fondo los contenidos del plan, y otras de extensión, para propagar sus conclusiones entre facultades, asociaciones, estudiantes y profesores de todo el país.
Los jóvenes se han propuesto no dejar sola la facultad, para lo que han establecido turnos para salir a comer o a ducharse. Víctor Moreno es uno de los estudiantes y asegura que están yendo a clase con sólo dos horas de sueño, aunque este fin de semana descansarán para volver a la carga el lunes.
Los estudiantes denuncian que el Plan Bolonia prima la rentabilidad social por encima del sentido académico. Asimismo, denuncian la devaluación de contenidos en carreras de cinco años que pasan a llamarse grados de cuatro.
Otro caballo de batalla es el de las becas, donde añaden que se está primando a las becas-préstamo sobre las becas tradicionales. En las primeras el estudiante tiene que devolver a plazos el dinero cuando encuentre trabajo.
Los estudiantes se han reunido con el rector de la Universidad Complutense, Carlos Berzosa, quien ha estado debatiendo con ellos y pidiendo respeto para los que no piensan como los congregados. Los estudiantes han avisado que si el rector no se define de forma clara, pedirán su dimisión.