Un hombre y una mujer de la provincia de León de 41 y 50 años han muerto en los últimos cuatro meses en Castilla y León a causa del mal de las vacas locas. Con estos fallecimientos, que se produjeron el 28 de diciembre y el 8 de febrero, ya son tres las víctimas mortales de esta enfermedad en España.
La anterior muerte por el mal de Creutzfeld-Jakob se produjo en 2005, cuando falleció una madrileña de 26 años.
Sin embargo, estas muertes no suponen ningún riesgo epidemiológico, según el director de Salud Pública castellanoleonés, Javier Castrodeza, que ha estimado que el contagio de los dos fallecidos se produjo "hace ocho o diez años".
De esta forma, la intoxicación se habría producido con anterioridad a 2001, fecha en la que se instauró el protocolo europeo sobre ganado ovino y bovino infectado con esta enfermedad.
Castrodeza ha precisado también que aún no se conoce cómo contrajeron estas personas la enfermedad y ha justificado el retraso en la difusión de estas muertes en la necesidad de esperar al análisis post mortem de los cerebros de las víctimas para determinar si estaban contagiadas.
Gobierno y ganaderos piden tranquilidad
La ministra de Agricultura en funciones, Elena Espinosa, ha lanzado un mensaje de "rotunda tranquilidad y garantías" a la sociedad sobre el consumo de carne de ganado vacuno, al que se han sumado las organizaciones agrarias y la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).
"Se trata de consumos de hace muchísimos años antes de estar establecido cualquier tipo de control en España y en la Unión Europea", ha asegurado Espinosa tras la Conferencia Sectorial de Agricultura y Desarrollo Rural, que se desarrolla en la isla de Lanzarote.
Las organizaciones agrarias también han defendido la "plena garantía" de la carne de vacuno, que, a su juicio, está sometida a los mayores controles sanitarios, al tiempo que pidieron que se evite una "alarma general" tras estas muertes.
En el mismo sentido se ha expresado la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), aunque ha advertido a las administraciones públicas que no "bajen la guardia".
Más muertes
Por su parte, el director del Centro Nacional de Referencia de las Encefalopatías Espongiformes Transmisibles, Juan José Badiola, ha asegurado a Onda Cero que "ambas víctimas pudieron sufrir la contaminación hace más de ocho años".
Sin embargo, ha advertido que "probablemente" se van a detectar más casos de muertes por este mal en los próximos meses.
En la misma línea, Alberto Rábano, jefe de la unidad de neuropatología de la Fundación Hospital de Alcorcón (Madrid), centro de referencia de estas patologías, ha advertido de que "no sería raro que aparecieran más casos", si bien ha señalado que hay que seguir vigilando y que las cifras en Europa "siguen siendo muy bajas".
Rábano ha precisado también que las dos muertes detectadas fueron diagnosticadas en febrero y que se trata de casos "independientes".
En cuanto a la forma de contagio, las encuestas epidemiológicas del Registro Nacional de Encefalopatías Espongiformes Transmisibles Humanas, del Instituto de Salud Carlos III, refleja que ninguno de los fallecidos había viajado a Reino Unido ni había recibido transfusiones de sangre.