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Segunda noche de 'cacerolada' en Argentina

  • Nuevos enfrentamientos con piqueteros en la Plaza de Mayo de Buenos Aires

  • Los manifestantes muestran su solidaridad con los productores agropecuarios en huelga

  • El ex presidente Néstor Kirchner ha organizado un acto de desagravio a su esposa

EFECOM
3 min.

Los vecinos de varios barrios de Buenos Aires han vuelto a golpear esta noche cacerolas y sartenes en apoyo a los productores agropecuarios argentinos, que se encuentran en huelga desde hace dos semanas.

Al igual que en la noche anterior, la "cacerolada" se inició en zonas residenciales de la capital argentina como Recoleta, Barrio Norte y Belgrano. En la Plaza de Mayo de Buenos Aires, frente a la Casa Rosada, ya se habían concentrado decenas de manifestantes a primeras horas de la noche. En ese emblemático lugar volvieron a registrarse enfrentamientos aislados entre grupos de piqueteros peronistas afines al Gobierno y manifestantes críticos.

En el interior del país también se registraron protestas similares. La convocatoria corrió durante la tarde a través de mensajes de correo electrónico y de teléfonos móviles.

 Rechazo a los impuestos a la exportación

El motivo del paro rural convocado por las cuatro principales entidades agropecuarias de la nación es rechazar el aumento de impuestos sobre las exportaciones de productos del campo. La protesta ha venido acompañada de bloqueos de carreteras que impiden el transporte de alimentos, lo que ha provocado un desabastecimiento de algunos productos básicos en Buenos Aires y otras ciudades del país. 

Este martes, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner advirtió que no cedería a la "extorsión" de los productores agropecuarios, lo que ha exacerbado las protestas. Fernández calificó a los manifestantes del campo de "piquetes de la abundancia".

Acto de desagravio a la presidenta

Tras el endurecimiento de las movilizaciones del campo, el mundo político y económico argentino está pendiente de las palabras de la presidenta en el acto de "desagravio" organizado para el jueves en Buenos Aires por su marido y antecesor en el cargo, Néstor Kirchner.

El ex presidente y actual líder del Partido Justicialista se ha aprestado a buscar apoyos para su esposa en intelectuales, dirigentes políticos y organizaciones empresariales afines.

Las cuatro patronales del sector, que agrupa a unos 290.000 productores, se mantienen firmes en su decisión de no abandonar la huelga mientras no se revoque la subida de impuestos.

Tampoco desde el Gobierno se han dado muestras de flexibilidad. Varios miembros del Ejecutivo han ratificado su intención de no sentarse a negociar hasta el cese de los paros. El ministro de Economía, Martín Lousteau, ha apelado en este sentido a la "racionalidad y el diálogo", pero "cuando termine el paro".

Algo más flexible se mostró el titular de Interior, Florencio Randazzo, quien ha asegurado que el Gobierno "está dispuesto a dialogar, pero no con un paro de estas características, extorsivo". Por su parte, gobernadores provinciales y dirigentes sociales han apelado al diálogo y se mueven para lograr una mediación.

El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, ha hablado con tres representantes de las principales organizaciones agropecuarias tras reunirse con la presidenta. "Quiero trabajar para ayudar al crecimiento y la estabilidad. Encontré voluntad en los dirigentes", ha apuntado Scioli.

Otro de los que ha hecho un llamamiento al diálogo es el alcalde de Buenos Aires, el conservador Mauricio Macri, quien ha pedido "calma" a los bonaerenses.

Por su parte, la dirigente opositora Elisa Carrió ha señalado que sería un "acto de grandeza e inteligencia retroceder, por ella misma (Fernández de Kirchner) y por todos los argentinos".

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