Nada se le resiste a Madonna. La cantante ya se ha hecho un hueco en el Salón de la Fama del Rock and Roll de Cleveland, venciendo las resistencias de los puristas del género.
Además de la reina del pop, también pasarán a ser admirados en este museo situado junto a los Grandes Lagos (Ohio, noreste de Estados Unidos) el cantautor canadiense Leonard Cohen, el rockero John Mellencamp, el grupo instrumental The Ventures y la banda británica de los sesenta The David Clark Five.
Madonna no puso reparos y recibió el galardón que la sitúa entre artistas como Elvis Presley, Aretha Franklin, Bob Dylan, los Beatles o los Rolling Stones de manos del joven cantante Justin Timberlake, quien dijo que "nadie ha ingresado en el Salón de la Fama del rock con el buen tipo que tiene Madonna".
La ambición rubia centró todas las miradas en la vigésima tercera edición de una de las noches más importantes de la industria musical norteamericana, una velada que tuvo lugar en un hotel de Nueva York y a la que también acudieron los cantantes Lou Reed, Billy Joel y Ben Harper, y los actores Tom Hanks, Chevy Chase y Michael J.Fox.
"Doy las gracias por el apoyo que me han brindado todas las personas que han pasado por mi vida, incluso aquellas que nunca creyeron que pudiera cantar, porque también me ayudaron a cuestionarme y a esforzarme por ser mejor", dijo Madonna.
Para alcanzar este reconocimiento, que conceden por votación más 600 profesionales de la música, es necesario que hayan transcurrido 25 años desde la publicación del primer disco.
La organización también honró la labor de Little Walter por ayudar a introducir la armónica en el blues moderno, con sus grabaciones junto a leyendas como Muddy Waters y Bo Diddley, y a los productores Kenny Gamble y Leon Huff.