El Real Madrid toma la delantera frente a la Real Sociedad en la semifinal de la Copa del Rey 2025. En una eliminatoria a doble vuelta atípica por la lejanía del siguiente partido, a primeros de abril en el Santiago Bernabéu, el conjunto blanco tuvo dos protagonistas destacados en dos suplentes como Endrick -autor del gol- y el meta Lunin. Pero equipos como el Madrid necesitan de líderes y, por mucho que en Copa se dé minutos a jugadores menos habituales, los galones recayeron en Anoeta en dos con más caché: Vinicius Junior y Jude Bellingham.

Vinicius se estrenó como capitán del Madrid y no se sabe muy bien si por el brazalete o por instrucciones de Carlo Ancelotti, se le vio más serio. Los críticos aseguran que si dejara a un lado las protestas a los árbitros y las peleas con rivales sería mejor jugador, mientras que sus defensores argumentan que su carácter es lo que le hace ser el mejor futbolista del mundo en la actualidad. Sea como fuere, en el Reale Arena se vio un capitán con la cabeza bien amueblada en cuanto a fútbol se refiere.
El extremo brasileño jugó, además, en una posición más centrada de lo que en él es habitual y se le vio repartiendo juego, ayudando a Ceballos en la tarea de la construcción y presionando fuerte sin balón. Dejó detalles de mediocentro ofensivo en balones largos cambiando la orientación del juego de ataque, que recordaron a los tiempos de Toni Kroos.
En números se refleja en 13 pases completados de 18 intentos en el último tercio del campo, el líder en esa faceta aunque no en pases totales. Asimismo, completó con éxito cinco regates y disparo en cuatro ocasiones, aunque ya sabemos que el gol fue de su compatriota Endrick, quien por cierto sólo tuvo ese intento entre los tres palos: efectividad. La precisión en el pase, tanto en el último tercio como en el global, fue del 75% (datos de StatsPerform).
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En cuanto a su labor como capitán, en el momento de los insultos a Asencio fue él quien se dirigió al árbitro para que iniciara el protocolo y se le vio sosegado, sin hacer aspavientos como en otras ocasiones.
Últimamente, en algunas redes sociales y en diversos medios que se hacen eco de estas se viene poniendo el foco en Jude Bellingham como 'digno sucesor' de Vinicius en lo que al odio de las aficiones rivales se refiere. El inglés ha sido elogiado por Ancelotti en alguna rueda de prensa como futuro capitán y líder del vestuario por su personalidad y madurez. En Anoeta tuvieron ambos una presencia en el juego similar, con 50 intervenciones y cuatro disparos a puerta.
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Si el brasileño completó 13 de 18 pases en el último tercio, lo de Bellingham fue 12 de 15, uno menos pero mejor porcentaje de acierto y más ocasiones de gol generadas (6 a 1), entre ellas la asistencia a Endrick. Asimismo, el acierto de pases completados en el global fue del 86% (25 de 29) y ganó tres duelos de cabeza por uno al raso. El jugador de Stourbridge (Reino Unido), que en junio cumplirá 22 años, ha pasado de ser el goleador oportunista del año pasado a un futbolista con más presencia en la creación de juego, sobre todo en ataque, y más orientado hacia el resto de sus compañeros que en su propia definición. Aunque tampoco se ha olvidado de meter goles, como ante el Manchester City.
Mención especial: Ceballos y Tchouameni
La mala noticia para el Madrid fue la lesión de Daniel Ceballos. Mala noticia para el equipo y mala para él mismo, puesto que estaba disfrutando de su mejor momento de forma. En San Sebastián se fue lesionado antes de tiempo, pero habiendo sido el líder de su equipo en recuperaciones (9) e intervenciones (80). No tuvo tanta precisión en el pase, puesto que completó 47 de 57 centros intentados, un porcentaje lejano al 95% del francés Camavinga, aunque este con menos intentos (41/39). Ceballos estaba siendo en los últimos partidos el hombre creativo en un centro del campo más bien tirando a 'musculoso' u orientado más al ataque.
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Ancelotti tendrá que recomponer la línea medular y al menos el hecho de recuperar lesionados puede servirle de ayuda. Ante la Real volvió a jugar Aurelien Tchouameni de central, pero la salida de David Alaba le devolvió a su posición natural. En ambas posiciones rindió de manera notable y no se volvió a ver al jugador dubitativo y cuestionado por su propia afición como en partidos anteriores. Intervino en 63 ocasiones, alguna de ellas providencial como bloqueando un disparo de Oyarzabal tras un error de Fran García. Completó 43 de 47 pases, lo que supone una precisión del 91,5%, que se eleva al 100% en el último tercio; aunque en esa parte del campo sólo fueron dos pases.
Tchouameni fue, junto a Lunin, el segundo tras Ceballos en la recuperación de balones (5) y ganó dos duelos por alto. Unos buenos números defensivos teniendo en cuenta que sólo cometió una falta. Una reivindicación en toda regla para el francés y una alternativa para Ancelotti ante la preocupante lesión de su compañero.