El FC Barcelona recupera gran parte de su optimismo a la par que ha recuperado a su referencia goleadora: Robert Lewandowski. El delantero polaco fue el autor del gol que a la postre supuso el empate en el partido de ida de octavos de la Champions ante el Nápoles (1-1) y previamente venía de anotar un doblete decisivo contra el Celta en Vigo (1-2).
El de la pasada noche fue su 18º gol de toda la temporada, el segundo en Champions. Llevaba sin anotar desde la jornada inaugural de grupos contra el Amberes. En Liga rompió su sequía el pasado 3 de febrero contra el Alavés (1-3), que se remontaba a diciembre contra el Girona. Desde entonces, ha marcado en todos los partidos.
A sus 35 años, el de Varsovia ha regresado en el momento más oportuno para liderar la reacción que pedía el técnico, Xavi Hernández, en el momento de anunciar su marcha el próximo 30 de junio.
Lewandowski no se prodiga mucho en declaraciones, pero en un acto público salió en defensa de su actual entrenador cuando le preguntaron por su marcha y por sus posibles sustitutos.
Contra el Nápoles anotó un gol de dos disparos a puerta y cuatro totales (fuente StatsPerform). Intervino en total en 35 ocasiones, con un porcentaje de acierto en los pases del 60%. En labores defensivas, que los técnicos exigen a sus delanteros ser los primeros, ganó cuatro duelos.
No obstante, aún le queda para llegar a los números de la pasada temporada. En Champions anotó cinco, aunque el Barça no pasó de la fase de grupos, y en Liga marcó 23 goles más siete asistencias para contribuir a ganar el título. A estas alturas de temporada llevaba anotados 16.
Su rendimiento no es ajeno al del resto del grupo, pero su olfato goleador le distingue del resto de futbolistas, no solo del Barça, por ser capaz de desatascar los partidos y cambiar el rumbo; de ser decisivo. Y llega justo para un momento decisivo de la atípica temporada del conjunto azulgrana.