Ficha técnica:
28 - Rumanía: Hosu; Seraficeanu (-), Pristavita (1), Buceschi (6, 1p), Neagu (5, 1p), Tanasie (-) y Pintea (7) -equipo inicial- Dumanska (ps), Ciuca (ps), Bazaliu (3), Dindiligan (-), Badea (2), Ostase (-), Lixandroiu (-), Lupei (-) y Grozav (4)
27 - España: Wiggins; Valdivia (1), Arcos (3), Gassama (3), Lara González (4), Barbosa (-) y Sole López (2) -equipo inicial- Aalla (ps), Campos (1), Arrojeria (2), Arderius (1), Jennifer Gutiérrez (4, 2p), Etxeberria (2), Spugnini (-), Almudena Rodríguez (1) y Tchaptchet (3)
Marcador cada cinco minutos: 3-2, 4-3, 7-5, 8-6, 11-8 y 12-11 (Descanso) 14-12, 15-15, 19-20, 21-20, 24-25 y 28-27 (Final)
Árbitros: Ozren Backovic y Mirko Palackovic (SLO). Excluyeron por dos minutos a Ostase (2) y Pristavita por Rumanía; y a Tchaptchet por España.
Incidencias: Encuentro correspondiente a la primera jornada de la segunda fase del Europeo de Eslovenia, Macedonia y Montenegro disputado en el Boris Trajkovski Arena de Skopje.
Un desafortunado gol en el último suspiro de Bianca Bazaliu ha puesto una traba más en el futuro de la selección española de balonmano en el Europeo 2022. Rumanía se ha impuesto 28-27 en un buen partido de las de Prades con un final para olvidar.
Bazaliu sorprendió con un lanzamiento desde doce metros a la guardameta española Maddi Aalla, que no pudo despejar un balón que cambió por completo el resultado del choque, para alegría del equipo rumano.
Ni el sensacional trabajo defensivo del conjunto español, ni la sensacional actuación de la central Silvia Arderius, que dio toda una lección sobre como asistir a la compañera mejor situada, impidieron la derrota del conjunto español, que se complica sobremanera sus opciones de acceder a las semifinales del Europeo.
Una lucha por las medallas por la que la selección española pareció en disposición de poder pelear, tras un encuentro en el que las de José Ignacio Prades volvieron a demostrar su fortaleza mental, no sólo ya para sobreponerse a los múltiples contratiempos que está viviendo en este campeonato, sino para poner contra las cuerdas a toda una potencia como Rumanía.
Consciente del peligro de la lateral Cristina Neagu, máxima goleadora en la historia de los Campeonatos de Europa, el conjunto español no dudó en apostar de inicio por una defensa muy abierta para intentar impedir los latigazos de la "cañonera" rumana. Pero el problema para las de José Ignacio Prades fue que el ataque de Rumanía no se reduce tan sólo a los lanzamientos lejanos de Neagu, sino que también cuenta en sus filas con una formidable pivote como Crina Pintea.
Arderius lidera a España
Sin posibilidad de recuperar balones en defensa, la selección española se vio obligada además a atacar una y otra vez en ataque posicional, una faceta en la que las de Prades volvieron a ser víctimas de sus continuas pérdidas de balón. Sólo con la entrada a la pista de la joven pivote Lysa Tchaptchet, de tan sólo 19 años, pareció encontrar España solución a sus problemas ofensivos.
El conjunto español encontró la fórmula para superar a Rumanía, ahogar físicamente a las de Florentin Pera con un frenético ritmo de juego en el que jugó un papel fundamental la central Silvia Arderius, que demostró su capacidad para hacer jugar a las Guerreras a la máxima velocidad.
Pero toda la efectividad que había mostrado el conjunto español en la segunda parte, se diluyó en el peor momento, con dos lanzamientos fallidos de Kaba Gassama, que estrelló el balón en el larguero, y Jennifer Gutiérrez, que erró un penalti, lo que condenó a las Guerreras a verse en un visto y no visto de nuevo por detrás en el marcador (26-25).
Toda una prueba de madurez a la que no pudo responder mejor el equipo español, que pese a alguna que otra polémica decisión arbitral llegó a los últimos segundos con opciones de empatar el marcador.
Pero ni el gol de Esther Arrojería, que estableció el 27-27 a nueve segundos para la conclusión pudo impedir la derrota de las Guerreras que vieron como el lejanísimo lanzamiento final de Bianca Bazaliu acababa en el interior de la portería española tras tocar en las manos de la portera Maddi Aalla.