Matrícula de honor: Miguel Oliveira
Miguel Oliveira en el GP de Indonesia
Su victoria en Mandalika la construyó con una mezcla de paciencia y valor desde la salida –arrancaba séptimo con la estela de agua de seis motos delante-. Miguel lo hizo todo bien en un circuito casi impracticable por el diluvio caído. La clave estuvo en los últimos cinco segundos antes de apagarse el semáforo, cuando a un piloto se le cruzan tantos pensamientos por la cabeza.
Oliveira fue quien tuvo las cosas más claras, incluso ante las dudas que pueden generar semejantes condiciones. Hubiera podido quedarse a rueda de Miller, que va fenomenal en agua, pero creyó en él y atacó. Lección de un maestro. Bravo.
Excelente: Darryn Binder
Darryn Binder en el GP de Indonesia.
En su segunda carrera en MotoGP acabó décimo y eso que por su estilo de pilotaje, a veces caótico, tenía bastantes números para no acabar. Así que cumplió con dos objetivos: llevar la moto al box sin un rasguño y firmar su primer top diez en la categoría reina. En agua, donde todo se iguala y afloran los mejores talentos, el pequeño de los Binder, que este año ha dado el salto a MotoGP directamente desde Moto3 promete dar guerra… y creo que también en seco.
Notable: Fabio Quartararo
Fabio Quartararo en el GP de Indonesia
Quartararo y el agua no eran buenos amigos últimamente… hasta que llegó la carrera de Mandalika. Su actuación, de menos a más, marca un antes y un después en esas condiciones. Según reconoció el actual campeón del mundo después de la carrera “hacía mucho tiempo que no tenía esas buenas sensaciones en agua con la moto”. Y no es por la moto ni por los neumáticos, es por él. Su cabeza ha hecho ese “clic” necesario para creérselo. ¿Por qué ha hecho el cambio? ¿Qué lo ha motivado? Solo él tiene la respuesta. Tras el mal resultado de Qatar este puede ser el despegue definitivo de Fabio aunque el camino seguirá estando lleno de espinas para Yamaha.
Bien: Álex Rins
Alex Rins en el GP de Indonesia.
El barcelonés necesitaba un resultado como este para ganar confianza. El quinto puesto de Álex en Mandalika invita a pensar que está en plena reconstrucción de su moral tras un 2021 lleno de sinsabores y caídas y un debut en Qatar con más de lo mismo -problemas técnicos por un inesperado sobrecalentamiento del neumático delantero- a pesar de tener un cohete de moto. La mejor versión de Álex –victorias en Austin y Silverstone 2019 y Aragón 2020- está por volver y volverá pero solo será posible si no se precipita en ese proceso. Paso a paso. Álex, con un estilo diferente a todos, lo tiene todo para volver al podio.
Suspenso: HRC
Imagen de la Honda de Marc Márquez en el GP de Indonesia
No necesariamente una moto tiene que ser mejor que la versión anterior por el mero hecho de ser nueva. No se me ocurre dudar de la capacidad de reacción de un gigante de las motos y del equipo con más títulos mundiales de la historia. Pero es necesario un cambio de rumbo. Ya. Cierto es que la marca que haya estado libre de errores y crisis que tire la primera piedra… Pero hay que asumir que esto no va. Es una evidencia que esta moto ni gusta a sus pilotos ni funciona.
Y cuando se lleva al límite, porque esto es MotoGP y ¡hay que llevarla al límite! pasa lo que pasa. Y lo más grave, esta situación ha enviado al hospital al hombre que tiene que descifrarla. Márquez está “aprendiendo a caminar” de nuevo, está cambiando su forma de pilotar porque esta nueva Honda empuja tanto de atrás que ya no puede conducir con el neumático delantero, como ha hecho hasta ahora.
Y los riesgos que está asumiendo, sin necesidad de tener que demostrar nada más a nadie porque ha ganado seis veces el título mundial en la categoría reina, es admirable. Pero en este proceso Marc va acumulando años, caídas, lesiones y recaídas. Como dijo Sete Gibernau en el Telediario sobre las caídas de Marc, “ahora su estado mental no es el mismo, por eso cae de forma distinta. Ya no es cuestión de cuántas veces se va al suelo”.