Liliana Fernández ha disputado 3 Juegos Olímpicos, debutó en Londres 2012 y desde entonces no se ha perdido ninguno. Entre los de Río y los de Tokio nació Saúl, su primer hijo en 2017. Ahora a sus 35 años esta mujer optimista, vital y muy positiva, está de nuevo embarazada. Espera otro niño y como ella dice: “Ya tengo la pareja de voley playa masculina”.
Sus entrenamientos se adaptan con el paso de las semanas. Sesiones en el gimnasio y en la arena: “nada de saltitos, nada de tirarme de cabeza, evitar las horas centrales del día y no perder la respiración”.
Liliana compagina el deporte de alto nivel con la maternidad y ahora con su segundo embarazo. Lejos de ponerse la capa de heroína por su condición de deportista afirma no sentirse diferente a cualquier otra madre que se esfuerza cada día.
La ayuda de su familia ha sido muy importante y sobre todo la de su marido: “si no fuera por él yo no podría ser deportista”. Un apoyo que será de nuevo fundamental en su camino hacia París 2024.
“Es un poco obsesivo el tema. Me resisto a retirarme. Me encanta lo que hago”. “Me he demostrado a mí misma que después de un embarazo se puede seguir siendo deportista de elite y encima clasificar para unos Juegos”
Liliana Fernández está deseando conocer a su pequeño. Seguro que a Saúl y su futuro hermano les hará mucha ilusión ver a su madre sobre la arena de París.