Tras la segunda jornada de descanso, el Tour de Francia empieza su tercera y última semana con otra etapa pirenaica de 169 kilómetros entre El Pas de la Casa (Andorra) y Saint-Gaudens propicia para escapadas.
No será de alta montaña, y por tanto no debería ser un gran obstáculo para el líder Tadej Pogacar ni el resto de candidatos al podio, pero todos tendrán que estar atentos a un recorrido peculiar, en el que el primer tramo es en descenso antes de encadenar cuatro ascensiones (con un trayecto casi siempre en dirección este-oeste).
Los pasos puntuables para la también muy disputada clasificación de la montaña son los col de Port, de segunda categoría y de la Core, de primera (13 km al 6,6& de desnivel medio y cima a 1.395 metros sobre el nivel del mar); el Portet d'Aspet, de segunda; y la cota de Aspert-Sarrat, de cuarta.
Esta última, a pesar de ser muy corta (800 metros al 8,4% de desnivel) se presenta como clave en la resolución de la etapa porque desde ahí solo quedarán 7 km a la meta, que estará situada en el antiguo circuito automovilístico de Cominges, en Saint-Gaudens, pequeña ciudad y capital de distrito del Alto Garona.
Del Paso de la Casa --donde efectivamente, muchos ciclistas y otros deportistas profesionales tienen su domicilio fiscal-- a un lugar de culto para los amantes de la velocidad --y todo apunta a que una vez más se rodará muy rápido en busca de la fuga--.
La de este martes será la última etapa de media montaña en esta edición del Tour, preámbulo para otros dos días en los Pirineos estos sí de alta montaña.