Al filo de la media noche y tras un parón obligado de más de veinte minutos por la necesidad de que el público abandonara la Philippe-Chatrier amenazados por el toque de queda, Novak Djokovic ha cerrado su encuentro de cuartos de Roland Garros en cuatro sets contra el tenista italiano Matteo Berrettini 6-3, 6-2, 6-7(5), 7-5 en tres horas y 28 minutos.
Accede así a unas semifinales de Grand Slam por cuadragésima vez y en ellas se medirá al manacorí Rafael Nadal, reeditando la final del torneo parisino del año pasado. Será el duelo 58 entre los dos tenistas que han dominado el circuito en los últimos años, el partido más repetido de la historia del tenis masculino. Nadal, que domina al serbio sobre tierra batida (19-7), tendrá la oportunidad de igualar a 29 triunfos con su oponente. Ambos consiguieron su objetivo en un ambiente festivo, con más público en las gradas después de que el Gobierno francés relajara las restricciones ligadas a la pandemia.
Djokovic, de 34 años, llega con la moral tocada, tras dos duelos en los que su victoria no ha sido neta. Si frente al joven Lorenzo Musseti en octavos dejó escapar dos sets antes de reaccionar, ante a su compatriota Matteo Berrettini, 9 del mundo, se le escapó otro.
Sin concesiones en su saque
Aunque haya dejado escapar una manga, el único set obtenido por el joven italiano llegó en un tie-break donde el público dejó su último aliento antes de verse obligado a abandonar el estadio tras el quinto juego del cuarto set, puesto que en Francia actualmente rige un toque de queda desde las once de la noche. Los aficionados ya habían sido avisados, pero ante su negativa de abandonar la pista, las autoridades le pidieron a los jugadores irse a los vestuarios y así facilitar el desalojo.
El resto del partido podría definirse por un Novak Djokovic inapelable con su saque, puesto que solo concedió tres bolas de ruptura y ninguna llegó a ser materializada por Berrettini.
Aun así el italiano nunca le perdió la cara al partido y tuvo que ser en el duodécimo juego del cuarto set, en un momento en el que el encuentro había perdido algo de intensidad y emoción sin público en las gradas, cuando el serbio cerrara el partido con un grito característico que refleja la importancia que tiene para 'Nole' medirse de nuevo con Rafa en París.
Será la novena vez que se vean las caras en la arcilla de la capital francesa, donde precisamente inició la mayor rivalidad del circuito allá por 2006.