El colombiano Iván Ramiro Sosa ha ganado la tercera etapa del Tour de la Provenza con final en el Chalet Reynard, cerca de la cumbre del mítico Mont Ventoux, donde Julian Alaphilippe ha luchado hasta el final frente a los Ineos y en la que Egan Bernal ha vuelto por sus fueros.
El Ineos ha hecho doblete con la victoria de Sosa seguido por su compañero y compatriota Bernal, mientras el francés Alaphilippe ha sido tercero a 18 segundos al término de los 154 km.
En la general se mantienen en ese mismo orden, con Bernal a 19 segundos y Alaphilippe a 21 después de la primera gran cita del año con la alta montaña de los ciclistas, marcada por el frío. De hecho, el imponente Mont-Ventoux amanecía este sábado nevado en su cima (en torno a los 1.900 metros sobre el nivel del mar), aunque la carrera solo llegaba hasta los 1.430.
En una etapa con solo dos pequeños puertos puntuables (de tercera) antes de la gran ascensión final, la escapada estuvo más peleada que las jornadas anteriores y los primeros intentos tras la salida de Istres no fraguaron. Finalmente los aventureros fueron seis: Louis Louvet (St-Michel), Alessandro Fedeli (Delko), Florian Vermeersch (Lotto), Jérôme Cousin, Damien Gaudin (Total) y Nicola Bagioli (B&B Hôtels).
La fuga estaba condenada al fracaso ya que además del triunfo parcial la etapa iba a decantar también la clasificación general.
Con varios equipos colaborando en el pelotón, nunca dejaron a los escapados llegar a los cuatro minutos y se les echó encima en la aproximación al Mont Ventoux --casi 15 km al 7,6% de desnivel medio.
Astana al ataque
El Deceunick de Alaphilippe y Ballerini --ganador de las dos anteriores etapas y líder con fecha de caducidad programada para esta etapa en principio reservada para escaladores puros--, tuvo la colaboración decidida de Ineos, UAE y Astana al frente del gran grupo.
Los españoles del equipo kazako Ion Izaguirre y Omar Fraile marcaron un ritmo exigente al entrar en los últimos 10 km, donde las rampas se empinan de verdad con un desnivel contante en torno al 9%. Su compañero Harold Tejada dio continuidad a ese trabajo con un primer ataque a 9 km para la meta.
Entonces el peso recayó en Ineos, que enseguida fraguó la reagrupación e hizo la gran selección de la carrera con el trabajo destacado del joven español Carlos Rodríguez. El equipo británico volvió a mostrar su fortaleza con tres hombres el frente de un grupo reducido a menos de una veintena de ciclistas a falta de 5 km.
Fue en esos momentos cuando atacó el colombiano Iván Ramiro Sosa mientras Bernal hacía de secante de Alaphilippe, de un impotente Vlasov, y de un ex-Ineos como Wouter Poels, que fue el único que relevó al campeón del mundo en su persecución.
El francés no acusó la caída de la víspera y ha vuelto a rayar a gran nivel en la montaña, aunque no tanto como para ganarle el pulso a los escarabajos --el apodo les va mejor que nunca con el nuevo maillot negro de su escuadra--.
En definitiva un gran resultado para Ineos: Sosa se lleva su 12ª victoria como profesional y acaricia el triunfo en el Tour de la Provenza; en tanto que Bernal, tras un difícil 2020, vuelve a demostrar su clase.
Sosa: "Hablé con Egan Bernal y lo rematamos muy bien"
Jesús Herrada (Cofidis) ha sido a la postre el mejor español, en una destacada quinta posición (a 48 segundos); en tanto que Enric Mas (Movistar) estuvo muy lejos de los mejores (se dejó más de 12 minutos).
El domingo la cuarta y última etapa será la más llana de esta vuelta. En los 163,2 km de recorrido entre Avignon y Salon de Provence los ciclistas pasarán tres puertos de tercera categoría, el último a 35 km para la meta. Será en principio una buena oportunidad para los sprinters.
Quizá también Alaphilippe pueda luchar por las bonificaciones para intentar una difícil remontada en la clasificación general (aunque tras el cambio de normativa de última hora de la organiación, solo podría sumar un máximo de 16 segundos ganando la etapa y los dos sprints intermedios).