Después de tres días en los que las tres victorias se las han disputado los hombres de la general, la llegada a Aragón puede propiciar la primera llegada masiva de la carrera. Eso sí, si el cierzo no lo impide.
Llega la primera etapa llana, de hecho serán 194 kilómetros cuesta abajo entre la localidad soriana de Garray y la zaragozana de Ejea de los Caballeros.
El salto entre los valles del Duero a los valles del Ebro tiene un peaje, que es el viento. Se esperan rachas de entre 20 y casi 30 kilómetros por hora, casi siempre soplando de forma favorable o lateralmente al rodar del pelotón.
El trazado discurrirá por carreteras estrechas y casi siempre se rodará en vías amplias y con largas rectas. Con estos ingredientes y con lo ambicioso que se ha mostrado en estos días Movistar en el llano, podemos intuir nervios por el temor a los abanicos. Lo demostró el equipo telefónico en la edición del año pasado en Escalona.
Ningún equipo es desconocedor de esta circunstancia y todos saldrán con las orejas tiesas, al menos los equipos que tienen a sus líderes entre los diez primeros de la general y los conjuntos que buscarán pelear por la victoria parcial.
Entre estos últimos destaca el Deceuninck de Sam Bennett, máximo favorito a imponerse en los 'sprints' de la Vuelta 2020. Serán pocas, o muy pocas, las opciones de victoria de las que dispondrá el irlandés.
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