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Cuando fuimos campeones

España, la campeona del mundo más pragmática

M.J. CALEYA
4 min.

Cinco goles de Villa, dos de Iniesta y uno de Puyol. Ocho tantos, en siete partidos. Ese fue el bagaje goleador de España en el Mundial de Sudáfrica. El registro más bajo de un campeón en la historia de los Mundiales pero que sirvió a la selección para tocar la gloria en Johannesburgo.

Y es que el hecho de anotar muchos goles no garantiza un título. Que se lo digan a Alemania. Se fue de la Copa del Mundo 2010 como la selección más anotadora, con 16 dianas, pero eso solo le sirvió para ser tercera en el torneo.

España, en cambio, aprovechó al máximo sus ocho goles y se convirtió en el campeón más pragmático. De hecho, ni siquiera marcó en todos los partidos.

En el primero de ellos, ante Suiza, la ‘Roja’ se fue de vacío al perder por 1-0. Luego llegaron las victorias por 2-0 y 2-1 ante Honduras y Chile, respectivamente. Los de Del Bosque terminaron así la fase de grupos con cuatro goles a favor y dos en contra.

Después, ya en las eliminatorias a partido único, España se aficionó al ‘unocerismo’ y fue superando rivales hasta lograr su única estrella.

Portugal, en cuartos; Paraguay, en octavos; Alemania, en semis y Holanda, en la final. Todo ellos sucumbieron por 1-0, unas victorias por la mínima que, sin embargo, llevaron a España a su mayor alegría futbolística.

Solo ocho goles para ganar el Mundial, tres menos que la marca anterior

Con este récord de mínimos la selección se convirtió en la campeona del mundo menos goleadora de la historia.

Hasta ese momento, los equipos que habían ganado la Copa del Mundo de la forma más pragmática habían sido tres: Italia, en 1938 (en un Mundial a 4 partidos); Inglaterra, en 1966 (Mundial a 6 partidos) y Brasil en 1994, ya con el formato actual de siete encuentros.

En los tres casos, se proclamaron Campeones Mundiales con once goles, tres más que la ‘Roja’.

Otros récords de España en Sudáfrica

Pero esta marca de récord no fue el único hito que logró España en Sudáfrica, ya que ‘la generación dorada’ de nuestro fútbol sumó otros registros históricos.

Así, la selección entró en la historia de los Mundiales por ser la única que se proclamó campeona del mundo después de haber perdido en su partido debut.

Antes, solo dos combinados habían logrado llegar a la final tras perder su primer encuentro. Fueron Argentina, en 1990 e Italia, en 1994, pero en ambos casos terminaron cayendo en el partido definitivo.

Además, España sumó otro récord en esta cita: el de menos goles encajados en un Mundial, con solo dos tantos. La ‘Roja’ igualó así el registro de selecciones menos goleadas que tenían hasta ese momento Francia, en 1998 e Italia, en 2006.

Esos dos goles en contra llegaron en la fase de grupos. El primero se lo marcó Fernandes a Casillas en el partido inaugural y el segundo fue obra de Millar, en el duelo ante Chile, último de la primera fase. De ahí hasta el título, España mantuvo a cero su portería en los cuatro partidos decisivos.

Este balance de goles a favor y en contra hacen que España sea también el equipo que ganó un Mundial con menor diferencia de goles (+6).

Villa acarició el Pichichi

Por último, España estuvo cerca de lograr otro registro destacado en la Copa del Mundo de Sudáfrica: el del pichichi del Mundial para David Villa.

El ‘guaje’ que había anotado 5 goles en el campeonato, logró el mismo registro que Forlán, Sneijder y Müller.

Este empate entre cuatro jugadores con cinco goles lo resolvió la FIFA premiando al jugador que más asistencias había dado. Así fue como el delantero alemán, que había dado tres pases de gol, se llevó el trofeo de máximo anotador.

Villa no se pudo llevar el pichichi pero, en cambio, volvió de Sudáfrica con una Copa del Mundo bajo el brazo. Una Copa que fue la más pragmática de todos los tiempos.

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