Después de dos días sin acudir a la Ciudad Deportiva, la plantilla del Rayo Vallecano retomó este miércoles los entrenamientos tras la decisión del club de sacar a todos los jugadores del Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) en el que se encontraban.
Ese fue el motivo del descontento y la protesta de la primera plantilla del Rayo, que no entendía cómo estando en un ERTE de reducción de jornada tenían que seguir yendo a entrenar cuando al cuerpo técnico que encabeza Paco Jémez lo habían sacado de esa situación al retomar el trabajo.
Los desencuentros entre la directiva, que se saldaron con varios comunicados, el entrenador, que públicamente dijo apoyar a los jugadores, y los propios futbolistas, que permanecieron en silencio asesorados por sus abogados, se saldó con una reunión privada en la que tuvo que intervenir el vicepresidente José María Sarda y el director deportivo, David Cobeño, para resolver el conflicto.
No estuvo en esa reunión presencialmente, aunque sí permaneció informado y participativo, el presidente Raúl Martín Presa, que se recupera en casa tras superar el coronavirus y anímicamente se recompone de la pérdida de su padre, fallecido el pasado 12 de abril.
Primeros entrenamientos grupales
En este primer entrenamiento tras el conflicto, la primera plantilla del Rayo se ejercitó repartida en grupos de diez, como marca el protocolo de LaLiga, y por primera vez pudieron hacer un trabajo conjunto respecto a la pasada semana, en la que todo fue individual.
El equipo madrileño tiene que acelerar en su preparación porque, según manejan desde el club, es muy probable que el partido aplazado frente al Albacete, en el que falta por disputar la segunda parte, sea el primero tras el parón. La fecha que manejan en Vallecas como probable es el 9 de junio.