Sin público, sin retransmisión televisada, sin prensa internacional. Las selecciones de las dos Coreas se enfrentaron este martes por primera vez en un partido oficial en el Norte, pero apenas hay imágenes de este acontecimiento histórico que se ha producido en un momento de deterioro de las siempre tensas relaciones entre ambos países. Habrá que esperar al DVD que el anfitrión ha prometido que enviará a su vecino sureño.
Con las gradas del estadio de Pyongyang vacías, apenas hubo más testigos del encuentro que los árbitros y los delegados de las respectivas federaciones nacionales, de la continental y de la internacional.
Esta última encabezada nada menos que por su presidente, Gianni Infantino. "Tenía ilusión por ver el estadio lleno para un partido histórico, pero me ha disgustado ver que no había aficionados en las gradas. Nos hemos sorprendido por esto y por varios aspectos relacionados con la transmisión en directo y los problemas con los visados y el acceso para los periodistas extranjeros", dijo el presidente de la FIFA en un comunicado del propio organismo.
Como explica Efe, en un país regido por un régimen opaco de Kim Jong-un lo habitual es no emitir en directo los partidos de la selección (el anterior encuentro con victoria ante Líbano por 2-0 se mostró con un día de retraso), pero se pensó que se haría la excepción por tratarse del primer cruce intercoreano jugado en suelo norteño desde octubre de 1990, cuando se disputó un amistoso. Más aún, este era el primero oficial jugado nunca en la capital de Corea del Norte, según la confederación asiática (AFC). Pero no fue motivo suficiente para hacer esa excepción.
Las selecciones de los dos países, que técnicamente se mantienen aún en guerra desde hace casi 70 años, empataron sin goles en un partido correspondiente a la tercera jornada del grupo H de la segunda ronda clasificatoria para el Mundial de 2022 y del que apenas se pudo saber nada en tiempo real.
Solo tiempo después, los delegados de la AFC y de la federación de Corea del Sur (KFA) enviaron sus lacónicas crónicas con algunas fotos [como la que ilustra esta noticia].
Pero para el vídeo aún tendrían que esperar más. Como advirtió bajo condición de anonimato un funcionario de Pyongyang citado por Reuters: “Necesitaremos algo de tiempo para las verificaciones técnicas, pero a pesar del retardo, nuestro pueblo podrá ver el partido”. Según AFP, el encargado del Gobierno surcoreano encargado de las relaciones con el Norte dijo que les prometieron un DVD con las imágenes antes de abandonar el país.
Vía China
También llama la atención la vía usada por la expedición surcoreana. Y es que para viajar a Pyongyang, los surcoreanos tuvieron que hacerlo dando un rodeo por China, evitando así el paso por la famosa e hipermilitarizada frontera que divide la península, ya que Corea del Norte decidió no emitir visados para nadie a excepción de jugadores y cuerpo técnico surcoreanos.
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Incluso se pidió a todos estos que dejaran sus móviles en la legación diplomática donde obtuvieron el permiso especial para viajar, informa France Presse.
Y es que, tras el acercamiento diplomático de 2018, Corea del Norte ha endurecido su postura ante su vecino ante la falta de avances en las negociaciones sobre desnuclearización con Estados Unidos, principal socio militar del Gobierno de Seúl.
Parece pues muy utópico pensar que los dos países puedan organizar conjuntamente el Mundial femenino de 2023, idea propuesta recientemente por la federación surcoreana, e incluso más los Juegos de 2032, una candidatura que habían acordado poco especulado después de que en la última cita olímpica de invierno, hace dos años en Pyeongchang (Corea del Sur), los dos países formarán incluso una selección conjunta de hockey hielo femenino.
Es más, hace solo dos meses Corea del Norte no envió a ningún deportista al Mundial de natación que se celebró en la ciudad surcoreana de Gwangju.