Antes del duelo entre Barcelona y Real Madrid de este domingo en el Camp Nou, todo el mundo tildaba el duelo como descafeinado. Con el Barça ya proclamado campeón de Liga y el Real Madrid con la mente puesta en la final de la Champions ambos equipos solo se jugaban el orgullo y todo hacía pensar que este Clásico sería intrascendente y poco recordado, pero nada más lejos de la realidad.
El partido fue de todo menos descafeinado. Fue un duelo trepidante, intenso, disputado y con broncas, como cualquier Clásico que se recuerde.
Pero si hubo algo que falló en este duelo fue el árbitro. El colegiado canario Hernández Hernández, cuya labor es pitar y pasar desapercibido, se convirtió en el protagonista del choque por sus polémicas decisiones. Un pésimo arbitraje que condicionó el 2-2 final.
Expulsó a Sergi Roberto y no amonestó a Bale
Y es que el colegiado no estuvo bien en ningún momento. Falló al no mostrar tarjeta a Rakitic en el primer minuto por una dura entrada a Casimiro y luego no hizo más que errar con el criterio de las cartulinas. Cuando el partido se empezó a calentar con faltas de Alba sobre Modric o de Suárez y Messi sobre Ramos, mostró algunas amarillas, pero no supo frenar esa tensión y el duelo se le fue de las manos con la expulsión de Sergi Roberto, justo antes del descanso.
El lateral del Barcelona, fruto de la tensión acumulada, soltó el brazo innecesariamente y golpeó a Marcelo en la cara después de que el brasileño le desplazara con el codo. La acción fue castigada con roja directa y Sergi Roberto tuvo que marcharse a la caseta dejando al Barça con uno menos para toda la segunda parte.
Esa fue la primera decisión polémica. No porque la acción no fuera merecedora de roja si no porque justo antes Bale protagonizó una fea entrada por detrás, clavándole los tacos a Umtiti en el gemelo, que no fue ni castigada con amarilla.
Un gol que no debió subir y un penalti no pitado
Pero lo peor estaba por venir y en la segunda mitad Hernández Hernández terminó por llevarse todo el protagonismo del Clásico al cometer dos graves errores que influyeron notablemente en el marcador.
Así, el primero de estos fallos clamorosos llegó en el minuto 52 cuando Messi anotó el 2-1. Y es que el gol del argentino no debió subir al marcador porque la acción venía precedida por una falta clara de Luis Suárez sobre Varane. El colegiado no señaló la falta y la jugada culminó con un gol que indignó a los madridistas.
Solo dos minutos después quienes protestaron fueron los jugadores culés ya que anularon un gol al Barça por un dudoso fuera de juego de Rakitic. En esta ocasión quien falló fue el asistente ya que cuando el croata recibió el balón parece estar en línea con Ramos y Nacho, por lo que el gol de Suárez no debió ser anulado.
Pero esta clamorosa lista de fallos no quedó ahí. Hernández Hernández se comió un clarísimo penalti de Jordi Alba sobre Marcelo, en el 75, que pudo cambiar el resultado final.
Y es que, con el encuentro 2-2 y Marcelo en el área tras recortar a Alba, el jugador culé pasó del balón y golpeó con claridad al brasileño en la pierna impidiendo su avance. Un penalti incontestable que el colegiado no señaló y en el que, además, quien vio la amarilla por protestar fue el extremo madridista.
En definitiva, para el colegiado Hernández Hernández fue un Clásico para olvidar. Todo lo contrario que para Barça y Madrid que siempre recordarán este encuentro, entre otras cosas, por los clamorosos fallos del conjunto arbitral.