El destino ha deparado otro Real Madrid - Atlético de Madrid en tres años con el máximo trofeo de clubes en juego. Un derbi local, un partido repetido hasta el infinito en patios de colegio, plazas madrileñas,e incluso en el terreno de juego de madera de los bares, que debe encumbrar al mejor equipo del mundo.
Dos años después, después de que los aficionados de uno y otro punto de la ciudad y del resto del país, se jugarán el partido de su vida en Lisboa viajan ahora a Milán, con su mochila de sueños y rencillas en el tuétano de lo deportivo y más allá, para otro partido de su vida.
Ninguna de las aficiones viaja ahora a Italia igual, las peñas, los aficionados que siempre están ahí se han movilizado con toda su logística... y llegarán en avión, autobuses y coches particulares, con una Francia en huelga.
20.000 entradas para cada afición, insuficientes según los peñistas, aunque sean 3.000 más que en Portugal. Las 40.000 gargantas atléticas o madridistas se quedan cortas para las 70.000 localidades del estadio Giusuppe Meazza, o San Siro, porque como en Madrid, los milaneses no quiere compartir nada aunque tengan que jugar en el mismo campo. Meazza jugó en ambos equipos pero se considera interista, demasiada afrenta para que le llamen así los rossonieri.
De 600 a 150 euros para llegar a la final
Algunos aficionados han pagado hasta 600 euros por ir y volver a Milán el mismo día 28 en avión a la final. Otros vuelan hasta Ginebra el mismo sábado para abaratar costes, como Jesús Sánchez Girón, secretario de la Peña Atlética Talavera de la Reina: "No te puedes dejar 1.000 euros en un partido. El viaje no se puede organizar como a Lisboa, y cada uno vamos como podemos por los precios y por contar o no con el viernes libre. La ilusión, eso sí que no cambia".
Hay madridistas que aterrizan en Zurich para, como Jesús, completar el viaje hasta la rica ciudad italiana, por carretera. Suiza, la puerta de entrada más económica, quién lo diría.
Ahora se viaja de forma diferente cuenta a RTVE.es José Emilio Martín, de la peña madridista Cinco Estrellas, con cierta nostalgia. Recuerda el presidente de esta histórica agrupación cómo vivió él su primera final en el 81, la de la derrota contra el Liverpool, en el Parque de los Príncipes.
Mucha carretera, se viajaba menos, y los partidos de Copa de Europa tenían un sabor distinto. También era otra edad -tenía 16 años- y la difusión del fútbol, menor. No se ha perdido una final desde aquel día y su equipo no ha vuelto a perder, Ámsterndam, París, Glasgow y Lisboa, cuatro de cuatro, 10 títulos en 13 finales.
Ambos preferirían otro rival en Milán
En las filas rojiblancas también hay viajes recientes con buen sabor, Hamburgo, Bucarest para levantar dos Europa League. Quizá el trampolín rojiblanco para su lustro de consolidación con el aliento del Diego Simeone.
En las dos ciudades estuvo César Gómez Vallejo, presidente de la peña Atléticos de Colmenar. A sus más de 60 años, cree que los chavales de hoy, educados en una buena racha, afrontan de manera diferente esta final, a la que cree se llega con "más experiencia y concentración".
El Real Madrid moviliza a sus más de 2.000 peñas en España y 130 en el extranjero. La dimensión del Atlético, con mucha afición, es algo más de 700 agrupaciones locales y una treintena en el extranjero.
José Emilio irá a Milán en avión de viernes a domingo, como tantos otros en la peña Cinco Estrellas. Van a fletar hasta tres aviones para vivir un partid, que hubiera preferido no fuera un derbi, quisiera una final con más sabor europeo. Es algo en lo que coinciden las aficiones vecinas, será lo único.
También hay quien se mueve en autobús, 150 euros por persona sin alojamiento. 1.500 kilómetros. de ida peinando la Costa Azul. La distancia de la vuelta es relativa, depende de si ganas o pierdes.
Así viajarán en la Federeación de Peña del Real Madrid, que ya saben lo que es volver de esta final, relamiendo la victoria. El viaje que han organizado sale a 400 euros por peñista, por afortunado en el sorteo. porque el Real Madrid las reparte así.
Nadie quiere la obligación de ganar
El Atlético prioriza los números más bajos de socio, -ningún equipo lo hace-, asi que es más fácil repetir final. Pocos quedan que vivieran la del 74 y muchos repetirán la de 2012, aquella que se atragantó hasta en las colas kilométricas del peaje de vuelta.
En esa final, los atléticos viajaron incluso sin entrada, para disfrutar del ambiente de la Fan Zone, concurrida, fiesta atlética tras muchos años de sufrimiento y el recuerdo amargo del gol de Schwarzenbeck.
Los madridistas, renacidos a mitad de temporada, aseguran que viven está final con menos presión tras haber ganado en Lisboa. Los atléticos no recojen el guante, apelan a la magnitud de estar otra vez mirando a los ojos de la gloria con un presupuesto tres veces menor... son los que han llegado hasta aquí contra pronóstico. Madrid vivirá de nuevo, inevitablemente, la cara y la cruz de otro partido del siglo.