El Levante ha conseguido sacar los tres puntos en casa después de culminar una remontada con el viento en contra desde los primeros minutos frente al Espanyol (2-1), por lo que dormirá este viernes fuera del farolillo rojo, cediéndole el puesto al Getafe tras adentrarse en un triple empate a 28 puntos, aunque éste es el único duelo disputado de la jornada 33 de la Liga BBVA.
La cita de este viernes era un examen decisivo para el futuro del conjunto granota, que era conocedor de que la victoria era el único resultado posible para mantener esperanzas entorno a la salvación. Sin embargo, Hernán Pérez hizo saltar las alarmas en el estadio del colista al aventajar a los 'pericos' en los minutos iniciales, sacando provecho de la defensa adelantada dispuesta por Rubi y originando un clima de tragedia en las gradas a causa de la no reacción liguera.
A pesar de protagonizar la mayoría de las acciones ofensivas del partido, el Levante entró rápidamente en una ansiedad que no puso freno a su calvario, aunque consiguió entrar en calma gracias al empate sacado de las botas de Rossi. El delantero botó una falta en la que la cabeza de Medjani generó dudas en el portero espanyolista, que no acertó a despejar un balón que se coló en el fondo de las mallas.
El central argelino fue un hombre clave en la pizarra levantinista a balón parado, y fue el protagonista de la segunda mitad al anotar el tanto que supuso la remontada que hace creer a los valencianos. Con el resultado favorable, los locales pusieron todo su empeño en secar a la dupla que conformaron Hernán Pérez y Marco Asensio, que hicieron diabluras cerca del área. El sufrimiento al fin obtuvo premio para el Levante a costa de un Espanyol que, con ocho puntos sobre el descenso, aún no tiene certificada la permanencia.