David Ferrer puso casi todo lo que estuvo en su mano, pero no pudo impedir que Novak Djokovic venciera por 7-5 y 7-5 en la final del Masters 1000 de París- Bercy, resuelta en una hora y 52 minutos de juego. El serbio se llevó su tercer torneo consecutivo de esta temporada, tras un choque muy intenso y exigencia física, que se caracterizó por los largos intercambios de golpes. [Estadísticas de la final del Masters 1000 de París- Bercy en RTVE.es]
El alicantino no pudo alcanzar su segundo título consecutivo en París- Bercy ante un inspirado Djokovic, que subió una marcha su tenis a partir del octavo juego para lograr una racha que ya se prolonga por 17 partidos seguidos, con los torneos de Pekín, Shanghái y París. El serbio realizó con sus bolas angulos abiertos y líneas imposibles, que pusieron la final a su favor.
Djokovic varió su juego continuamente, con saques abiertos, largos puntos desde el fondo, subidas a la red, voleas, dejadas, paralelas... todo un curso de tenis de alta escuela, ante el que Ferrer respondió en la mayoría de las ocasiones. El saque al final de ambas mangas fue el talón de Aquiles del español.
Una final de desgaste
El primer punto del choque entre los números dos y tres del tenis mundial fue toda una declaración de intenciones de lo que se vería a continuación, nada menos que 27 golpes para dirimirlo. El encuentro entre Djokovic y Ferrer fue de un tremendo desgaste, en el que las buenas piernas, el corazón y la valentía de David ferrer no fueron suficientes para ganar.
El alicantino tuvo su primera bola de rotura en el quinto juego, lo que consiguió en un punto eterno que 'Ferru' culminó con una brillante dejada (3-2). La final se le puso de cara, pero no atinó a consolidar el 'break' ante un rocoso rival que contraatacó todo lo que pudo.
Tampoco llegó a rentabilizar Ferrer los momentos de duda que tuvo su rival en esa primera manga. En especial en el séptimo juego, en el que el serbio cometió doble falta, pero lo acabó salvando (4-3). Fue a partir del octavo juego cuando Djokovic forzó la marcha, David también cometió doble falta, tuvo el serbio dos bolas de rotura, que salvo el alicantino.
Djokovic mejoró su servicio, consciente de que se le iba el set y cuando Ferrer sacó para cerrar la manga (5-4) le vinó la impaciencia y la precipitación en el juego. Un derechazo cruzado y otro más, abierto, supusieron el 5-5.
La importancia del saque
'Nole', lanzado con su primer servicio, hizo juego en blanco en el siguiente y volvió a romper el saque de Ferrer. El serbio acabó pleno de confianza, buscó las esquinas, hizo correr a su rival y forzó los errores del español. Djokovic remontó el primer set con 7-5, después de 52 minutos de juego.
Ferrer se enrabietó y redobló su titánico esfuerzo. Aprovechó la segunda de las tres bolas de 'break' de las que dispuso en el juego inicial de la segunda manga. Djokovic volvió a llevarlo al límite y 'Ferru' respondió de maravilla a la hora de consolidar la rotura y ponerse con un 2-0 que abrió la esperanza española en París.
El punto que abrió el tercer juego fue espectacular: globos, voleas, ganchos, paralelos, hubo de todo en el punto que se llevó Djokovic, quien siguió forzando la máquina en eternos intercambios, casi de tierra batida.
En ese segundo set la intensidad y la tensión fueron en aumento. Ambos mantuvieron su saque (5-4 a favor del español) hasta que se repitió la historia y Ferrer perdió su servicio en el décimo juego cuando lo hizo para empatar la final.
Volvió a no temblarle el pulso a Djokovic y la tensión hizo mella en David en forma de errores, lo que decantó el segundo set a favor del serbio, de nuevo por 7-5. Ferrer se quedó sin poder revalidar el triunfo que logró el año pasado en el torneo parisino, último Masters 1000 de la temporada. La Copa de Maestros volverá a traernos el mejor tenis.