Rafa Nadal está en cuartos de final del Masters 1000 de Roma, aunque no sin sufrimiento. El mallorquín logró remontar un partido que se puso cuesta arriba ante el letón Ernest Gulbis, para acabar ganando 1-6, 7-5 y 6-4 en dos horas y 37 minutos de partido.
En cuartos se medirá al también español David Ferrer, que no llegó a jugar su partido contra el alemán Philip Kohlschreiber por unos inoportunos problemas de vértigo de este. Cuarta y quinta raqueta mundial por un puesto en semifinales del Foro Itálico, amenazando Rafa el lugar en el ránking de su amigo Ferrer.
Nadal supo llevar el partido poco a poco a su terreno, una batalla física y para mentes frías. En eso aventaja a un excéntrico Gulbis, pues el número 46 del mundo se muestra demasiado impaciente e incapaz de administrar su talento en distancias largas. Ganó su set en poco más de media hora y perdió los siguientes en dos.
De esta forma, Rafa suma su sexta victoria consecutiva ante el tenista de Riga, que se tendrá que conformar con haber puesto contra las cuerdas al vigente campeón.
Gulbis aprovechó su estilo de juego agresivo con un inicio demoledor y fulgurante. En menos de media hora se puso con un 0-5 de ventaja, cimentado también en los siete errores no forzados de Nadal, que solo ganó ocho puntos de los casi treinta disputados en esos juegos.
El español cedió dos veces su servicio ante un rival que no desaprovechó la timidez de los golpes de Rafa. Este consiguió salvar su último saque a tiempo para armarse de moral de cara al siguiente set y no verse con un sonrojante 'rosco' en contra.
Nadal cambió la mentalidad para afrontar los siguientes juegos, asumiendo más riesgos y asegurando su saque. Quedaba por delante una empresa nada fácil, puesto que la extravagante derecha de Gulbis y su revés plano seguían incomodando al balear.
Para colmo, su saque era todo un tiro. El de Riga anotó 15 saques directos -ninguno de Rafa- en el global del partido y 59 golpes ganadores por solo 13 de Nadal.
Pero la virtud de hexacampeón de Roma es la paciencia, todo lo contrario que Gulbis. Gracias a su resistencia en los peloteos largos, Nadal supo aguantar las dos bolas de rotura en el tercer juego e ir creciendo punto a punto.
Primer 'break' de Nadal, una hora
Aun así, tuvo que esperar más de una hora para tener él una oportunidad de romper al letón, en el octavo juego del segundo set. Y tampoco fue a la primera, puesto que Gulbis resistió dos; a la tercera fue la vencida.
Sin embargo, el desenlace de dicho parcial se hizo esperar por un amago de remontada del número 46 del mundo, logrado a base de rabia y cierta relajación de Nadal, que lo creía ya hecho. Tuvo que ser en el duodécimo juego de un largo set, cuando la resistencia de Gulbis bajó en forma de errores no forzados. 7-5 al resto.
Otra estadística en la que el de Riga superó a Rafa, aunque en este caso negativa para sus intereses. Además, numéricamente parecida a la de golpes ganadores: 50 de Gulbis por 19 de Nadal.
Los 23 del segundo set pesaron como una losa en el ánimo del letón, que mejoró un tanto en el último set. Pero para entonces el físico y la falta de concentración ya habían hecho mella en su moral.
Nadal iba mejorando con su 'drive' a cada golpe y haciendo correr a su adversario. Una rotura en el sexto juego hizo creer al público que el partido estaba terminado, pero Gulbis quiso morir con dignidad igualando el marcador en los dos siguientes.
Fue un regalo para hacer más intenso el final del partido, aunque Nadal ya estaba mandando en el ritmo de juego y supo llevarlo a su terreno, ayudado nuevamente por los errores de Gulbis. Una victoria sin brillo ante un rival siempre incómodo, que no termina de cogerle la medida.