Rafa Nadal es el 'amo de la tierra' y aún más sobre la que cubre las pistas del Monte Carlo Country Club en la que ha mordido en ocho ocasiones el trofeo que desde 2005 le han entregado año tras año al campeón del torneo que abre la temporada de los Masters 1000 sobre arcilla. [Masters 1000 de Montecarlo en directo, por Teledeporte y RTVE.es].
Este miércoles debuta ante el australiano Marinko Matosevic, verdugo de Fernando Verdasco en un extraño partido de primera ronda. El manacorense jugará en el segundo turno de partidos de la pista central, entre las 12:00 y las 12:30 horas, después del Berdych - Granollers, que empezará a las 10:30 horas.
El número 54 del mundo es el primer rival de Nadal en su camino hacia la gloria de su noveno título, récord jamás alcanzado en ningún torneo por ningún jugador y que quizás esté reservado para el mejor tenista español de todos los tiempos.
No se siente favorito en Montecarlo
El de Manacor llega al principado quitándose la presión de favorito a pesar de un inicio de temporada espectacular con14 victorias seguidas, el triunfo 600 de su carrera y tres títulos (Sao Paulo, Acapulco e Indian Wells) tras siete meses fuera del circuito por la lesión de su rodilla izquierda. Tan solo ha sufrido una derrota y lo fue en la final del Abierto de Viña del Mar
El lunes señaló a la prensa que "no siento que sea el principal favorito para ganar el torneo este año. No es fácil ganar este torneo. Iré día a día" y abundó advirtiendo de que "no es posible ganar todos los años. Algún día eso terminará. Daré lo mejor para que eso suceda, pero así es la vida. Nada es para siempre".
Lo que sí lo es son los 22 trofeos ATP World Tour Masters 1000 marcados por su bocado como contraste de orfebre y su proeza del año 2010 cuando consiguió el llamado Clay Slam que se inició en Montecarlo, para seguir por Roma y Madrid, más el Grand Slam de París, donde también domina a sus pares con sus siete Roland Garros.
Relajado y descansado afronta el inicio de la gira europea y también con un cierto hartazgo provocado por las recurrentes preguntas sobre su rodilla izquierda que le han llevado a suplicar a los medios que detengan la cantinela. "Se ha hablado mucho de mi rodilla durante un año, para mí pertenece al pasado. Estoy ahí, soy competitivo. Si ocurriera cualquier contratiempo se lo haría saber. Mientras tanto quiero concentrarme en mi tenis", zanjó Rafa en su presentación ante los medios.
Efectivamente el número cinco mundial está muy concentrado en su gran tenis y en no perder más puntos del ránking, debe defender los 1.000 ganados el año pasado y así evitar que se amplie la brecha con su compañero David Ferrer, que ya le ha arrebatado en dos ocasiones el cuarto puesto, ausente en esta edición para recuperarse de la lesión provocada por la dura final contra Murray en Miami.
Tampoco Roger Federer, el 'caballero de la blanca cruz' siempre ha dosificado sus apariciones y el tiempo, inexorable, le obliga a medirlas aún más para intentar revalidar su última victoria en Madrid y conseguir su segunda Copa de los Mosqueteros, quizás este año sea su última oportunidad de arrebatarle a su enemigo del alma el trofeo parisino.
Djokovic y Murray, rivales a batir
Así las cosas Nadal se enfrenta a dos grandes rivales: los números uno y dos del mundo, Novak Djokovic y Andy Murray. El serbio no ha levantado aún ningún trofeo del Masters 1000 en esta temporada, pero ya demostró el año pasado que se desenvuelve bien en Mónaco, disputándole la final al propio Nadal.
Este año el balcánico se presenta tras resolver algunas dudas sobre su participación debido a una lesión de tobillo que se produjo en los cuartos de final de la Copa Davis contra Estados Unidos.
Quizá esté más en forma el británico Murray, como demostró ante David Ferrer en la final de Miami, levantando una bola de partido en el tercer set y llevándose una final épica.
El 'escocés aullador' podría tocarle en una hipotética semifinal, mientras que 'el lobo de Belgrado' está en la otra parte del cuadro, por lo que no se verían las caras hasta la final, en caso de que uno y otro llegaran.