La lucha contra el dopaje ya se ha cobrado sus dos primeras cabezas en los Juegos Olímpicos de Londres: el griego Dimitris Chondrokoukis y el húngaro Zoltan Kovago.
El saltador de altura griego ha abandonado el equipo tras dar positivo por estanozol en un control antidopaje, según ha declarado el padre y entrenador del atleta, Kyriakos Chondrokoukis, quien ha adelantado que pedirán una revisión. Por su parte, Kovago, lanzador de disco, se ha negado a pasar un control.
Chondrokoukis, campeón del mundo indoor y una de las esperanzas de medalla de los helenos, se convierte en el primer positivo hallado en la capital británica, después de que otros nueve deportistas ni siquiera llegaran a la cita olímpica, apartados por la Federación Internacional de Atletismo (IAAF). Su baja en el equipo se suma a la de la atleta Paraskevi Papachristou, aunque esta por un comentario racista en Twitter.
El suceso recuerda a la "huida" de Kostas Kenteris y Ekaterine Thanou en los Juegos de Atenas 2004, cuando trataron de eludir un control antidopaje antes del inicio de la competición.
La negativa de Kovago, subcampeón olímpico en Atenas 2004, ha sido considerada como una infracción de dopaje por parte de la Federación, según la agencia húngara MASZ.
Kovago sigue la misma suerte que Robert Fazekas, que en los Juegos de Atenas fue desposeído del título olímpico tras ser descubierto, en el control de dopaje, cuando intentaba rellenar el recipiente con orina que llevaba escondida.
Ocho años después, Fazekas ha sido también apartado del equipo olímpico para Londres tras dar positivo por anabolizantes y ha sido suspendido a perpetuidad.