La final de la Copa del Rey, a sus auténticos líderes, el Athletic Club de Bilbao y el Barcelona, que disputará su tercera final en los últimos cuatro años en busca de su vigésimo sexto título. Otro dato no menor, jugará su final de Copa número 36, en un año en el que ya ha ganado tres títulos (Supercopa de España, Supercopa de Europa y Mundial de Clubes) que reafirman su estatus en el fútbol español, europeo y mundial.
Tras eliminar al Valencia en semifinales, el equipo de Guardiola volverá a verse las caras contra el último rival al que superó en una final de Copa. Fue en 2009 en Mestalla y el técnico de Santpedor empezaba a acumular récords. Casi tres años después, ha clasificado a su equipo para su duodécima final, una opción de título que mantedrá guardada hasta finales de mayo.
Para entonces, el Barça ya habrá dilucidado su temporada en Liga y Champions, dos competiciones en las que, con más o menos opciones, sigue vivo. El Barcelona de Guardiola, por tanto, mantiene intacto el sueño de repetir un año nuevo año histórico, lo que elevaría aún más a los altares a su entrenador, que, como cada año, todavía no ha desvelado si renovará con el club azulgrana.
El técnico deshoja la margarita mientras su equipo sigue respondiendo en el terreno de juego, a pesar de las importantes bajas que ha sufrido en los últimos meses. Sin embargo, la aparición de nuevos valores como Isaac Cuenca o el reciente Tello, han posibilitado la permanencia del equipo al máximo nivel competitivo. Y eso, para Guardiola, debe ser motivo suficiente para que no aparezca ningún tipo de críticas hacia su plantilla, tal y como aseguró en la rueda de prensa posterior al choque contra el Valencia.
Precisamente frente al Valencia ha sido un canterano, Thiago, el que se ha echado el equipo a la espalda y ha guiado a los suyos hacia la victoria, ejecutada por los goles de Cesc y Xavi. Además, el guardameta Pinto, siempre bajo el foco de las dudas por su titularidad en la Copa del Rey, ha firmado uno de sus mejores partidos de azulgrana, con actuaciones de mérito ante las llegadas valencianistas.
Además, la semifinal acabó con la buena noticia del regreso de Iniesta tras su lesión, un jugador básico en el esquema de un Barcelona que ha terminado en la cima de una de las etapas más duras de la temporada, en la que ha dejado por el camino a Real Madrid y Valencia para alcanzar la final de Copa.
La final de Champions, próximo objetivo culé
Aunque el esfuerzo puede haberles pasado factura en Liga, los de Guardiola todavía no han dicho su última palabra en el torneo de la regularidad y volverán en breve a competir en busca de una nueva final de la Champions, objetivo que comparten con su máximo rival en la Liga, el Real Madrid de Mourinho.
Esperan tres meses de máximas emociones en las que el Barcelona buscará una nueva final para su colección y una remontada en Liga que exige el máximo nivel del Barcelona, para lo que necesita el regreso del mejor Messi y la recuperación de sus mejores piezas, amén de la aportación de sus canteranos.
No obstante, los culés ya se han asegurado la posibilidad de disputar un título en mayo. Entonces, el 20 o el 25, dependiendo de si un equipo español alcanza la final de Champions, el club azulgrana disputará su trigésima quinta final de Copa, en la que ha obtenido hasta ahora 25 títulos y 9 subcampeonatos.