"Nosotros practicamente nos adaptamos a la filosofía del juego que intenta mostrarnos el técnico. Hay veces que acierta con los cambios y otras. Son cosas que pasan en el fútbol". Son las palabras de Sergio Ramos al terminar la última ya 'clásica' derrota en el último 'clásico' contra el Barcelona en la Copa.
Mourinho, dolido
Unas palabras que, al parecer, no gustaron a Mourinho y que pueden haber iniciado el camino del desacuerdo en el vestuario blanco. Se trataría de una versión de aquel famoso: "Hemos ganado", frente al "Han perdido", también tan clásico entre los aficionados, según de donde venga el aire.
Ya dijo Mourinho lo de "Las derrotas solo tienen un padre y ese soy yo", pero ya se sabe que, en el mundo del fútbol, cuando todo va bien, es un camino de rosas; y que, cuando algo se tuerce, se puede iniciar una espiral negativa muy peligrosa.
Con la Liga en juego. A unas horas de jugar contra el Athletic un partido importante para los intereses de un Real Madrid con cinco puntos de ventaja, cuerpo técnico y plantilla parecen haberse enzarzado en una dinámica de reproches.
Los trapos sucios
Según publica el diario Marca este domingo, la "conversación" entre Mourinho, Ramos y Casillas, en presencia de los demás habría sido más que tensa. Del "Me habeis matado en la zona mixta", del entrenador; al "Claro, míster, es que usted no nos deja hablar".
Un intercambio de pareceres que derivó hacia cuestiones tácticas: "Qué pasa, que ahora juegas a ser entrenador", le habría dicho Mourinho a Sergio Ramos, quien replicó diciendo: "Como usted nunca se ha vestido de corto".
Hay otra cara de la "charla" que apunta hacia un rumbo aún peor, las rencillas entre grupos (españoles y portugueses) dentro del equipo. Del "como los españoles habéis sido campeones del mundo y os protegen vuestros amigos de la prensa", al reproche sobre un supuesto comportamiento parcial de Mourinho hacia los portugueses del grupo.
Esta claro que la derrota del pasado miércoles hizo mucho daño en el ánimo del Real Madrid. De todo ello se frontan las manos en Barcelona, donde esperan rematar al eterno rival en el partido de vuelta.
Una eliminación de los blancos ahondaría la supuesta separación entre el entrenador y sus jugadores. La experiencia demuestra que la cuerda se suele romper por el lado más flojo y que es más fácil sustituir a uno que a una plantilla.
Mourinho tiene mucha fuerza en la estructura del club, pero el crédito se puede ir acabando y, a no tardar, se pueden empezar a escuchar voces sobre la continuidad del técnico.