Que Gregorio Manzano no sintoniza con la afición del Atlético de Madrid parece cada día más evidente. Y la goleada ante el Zaragoza (3-1) así lo dejó patente.
Lejos de celebrar la victoria de los suyos, que llevaban siete partidos sin ganar, la parroquia rojiblanca volvió a pedir la marcha del técnico, insistentemente.
Cánticos de "Manzano vete ya, Manzano vete ya", se corearon de forma pertinaz desde toda la grada del Calderón. Pero lo más sorprendente de todo esto es que esos cánticos llegaron cuando el partido estaba resuleto.
Con el 3-1 en el marcador, la afición colchonera quiso dejar claro su distanciamiento con el entrenador. Y así lo hicieron durante unos largos 20 segundos. Los gritos contra Manzano surgieron del fondo sur pero se extendieron con insistencia por todo el estadio. Mientras, Manzano aguantaba el chaparrón, de pie, desde la zona técnica.
Gritos de apoyo a otros técnicos
Antes, cuando el equipo saltó al campo, el recibimiento para el técnico no fue tan malo como se presagiaba. Se escucharon algunos pitos cuando el jienense pisó el césped, pero no fueron multitudinarios, ni mucho menos.
Eso sí, antes de pedir claramente su marcha, la afición colchonera se dedicó a expresar su descontento con Manzano recordando a otros entrenadores que pasaron por el banquillo del conjunto del Manzanares.
Desde el principio, y durante todo el encuentro, se aclamó a Luis Aragonés. Después, cuando ya se habían coreado cánticos contra Manzano se recordó a Quique Sánchez Flores, su antecesor en el banquillo, que consiguió una Europa League y una Supercopa de Europa.
Preferían perder
Sin embargo, y lo peor de todo es la sensación con la que muchos atléticos se marchaban a casa. Estaban contentos porque su equipo volvía a ganar pero a su vez lamentaban que con esta victoria Manzano seguiría al frente del equipo.
"Otra semana más tenemos que aguantarlo", "Esto va a ser una agonía, no se va a marchar nunca" o "Gil Marín hoy se ha quitado un dolor de cabeza, veremos a ver el próximo partido", fueron algunos comentarios de los aficionados que se marchaban con sentimientos encontrados.
Y es que la llegada de Manzano, en el mes de julio, no ilusionó en exceso y fue visto como un parche, después de que no pudieran llegar otros técnicos tanteados como Luis Enrique o Caparrós.
Ni siquiera con las primeras victorias, Manzano era bien visto en la grada. Su anterior etapa, con más penas que glorias, o sus continuas rotaciones, son algunos de los motivos que la afición le recrimina.
Así pues parece que Manzano ha salvado un 'match ball' pero todavía tiene mucho que hacer para ganar el partido.