Lo primero que ha dejado el clásico que ha abierto el maratón es la certeza de que la Liga, ya sin paliativos, es del Barcelona. El empate a uno deja las cosas claras en la clasificación, pero también deja una serie de secuelas, que pueden marcar el futuro inmediato del Barcelona- Real Madrid en la final de Copa del Rey 2011.
Secuelas
En el Bernabéu se jugaban más que los tres puntos. Producto del penalti realizado ante Villa, Albiol se perderá el encuentro de Mestalla. La situación, además de dejar cojo al equipo en el derbi liguero, obligará a Mourinho a hacer nuevas florituras en el centro de su defensa.
Si Mourinho considera que adelantar a Pepe le daba ventaja para contener a Xavi e Iniesta, la ausencia de Albiol puede comprometer el experimento. Para no perder músculo en el medio campo podría entrar Arbeloa quien, por cierto, se perderá a su vez el próximo encuentro de Liga ante el Valencia.
Estas bajas de Albiol y Arbeloa llevan a la cuestión de la polémica arbitral. La actuación de Muñiz Fernández no dejó satisfecho al técnico madridista. Se queja de que el árbitro midió con distinto rasero el penalti en su contra (penalti y expulsión a Albiol) y el penalti a su favor (penalti y no tarjeta a Alves).
Claro que eso no deja de ser algo subjetivo, porque también se podría entrar en la polémica de la propia existencia de una y otra falta máxima. Desde el punto de vista blaugrana, piensan lo contrario y se acuerdan del enganchón de Casilllas a Villa a los 25 minutos de juego.
Desde el punto de vista blanco, se recuerda una falta de Adriano sobre Cristiano, merecedora de la segunda amarilla. La verdad es que el partido tuvo mucho que arbitrar y peor aún lo tendrá Undiano Mallenco, cuando dirija el Barcelona- Real Madrid con un título en juego directo y a partido único.
Otra secuela del partido del Bernabéu será comprobar el alcance de la lesión de Puyol. Una contractura muscular, que los servicios médicos del Barcelona intentarán recuperar, porque la presencia del capitán blaugrana siempre da un plus de personalidad al equipo.
Banco de pruebas
La mayor incertidumbre de cara a la Copa que deja la actuación del Real Madrid es la propia imagen. Por momentos dio la impresión de que el equipo ensayaba cosas para el miércoles próximo. En especial, la forma de atender a la defensa sobre las principales estrellas del Barça.
Mientras el choque estuvo 11 contra 11 estuvo igualado. Cuando se quedaron 11 contra 10, la realidad vino a dar la razón a lo que había preparado Mourinho durante la semana, y ya se convirtió en misión imposible.
Jugar 45 minutos con uno menos puede traer un mayor desgaste para el equipo blanco que para los blaugrana, pero eso estará por ver cuando llegue la hora de la verdad.
Tampoco el Barcelona actuó como en ellos es habitual, porque a veces mostraron excesivo conformismo cuando parecía que podían apuntillar al rival. En su haber queda el que jugaban con resultado a favor.
Cristiano y Messi
En todo caso, con incertidumbres y secuelas, el primer asalto del maratón de clásicos ha dejado un punto de decepción. Mucha estrella y poco juego. Hasta el punto de que Cristiano Ronaldo y Lionel Messi marcaron de penalti.
Ambos mantienen su duelo goleador y, tal vez, lo mejor para ellos de cara a futuros compromisos es que se han zafado de sus gafes respectivos. Al fin, Cristiano le marcó al Barcelona. Al fin, Messi le metió un gol a un equipo dirigido por Mourinho.
Ellos, por lo menos, sacaron una secuela positiva en un partido en el que el fútbol no salió muy bien parado.
Tras el primer asalto en el pulso que mantienen sus equipos, el Barcelona sale reforzado sobre el Real Madrid. En Mestalla, en la final de la Copa del Rey, tendrán ocasión de continuar el mano a mano con el título en juego.