Javier Guillén, director de la Vuelta, afronta con "especial ilusión" el 75 cumpleaños de la carrera que comienza el próximo sábado en Sevilla con una contrarreloj nocturna por equipos, convencido de que será un éxito, con "la mejor participación posible" a pesar de las bajas de Alberto Contador y Alejandro Valverde, último ganador, y un "recorrido espectacular".
Aunque lamenta la baja de Contador, triple ganador del Tour, Guillén se muestra convencido de que la Vuelta 2010 cuenta con la mejor participación que se puede conseguir a estas alturas de la temporada, por lo que no faltarán nombres ilustres en la salida sevillana, con el luxemburgués Andy Schleck, dos veces segundo en la grande boucle, como cabeza de cartel.
"La Vuelta tendrá una participación de lujo y en se sentido estoy contento. Van a estar los hermanos Schleck, Menchov, Sastre, Purito Rodríguez, Cavendish, Freire.... Contador no ha sido posible tenerlo. El corredor ha sido siempre honesto con la Vuelta. Es una carrera que le gusta, y su recorrido también, pero su objetivo es el Tour y después de ganarlo tiene muchos compromisos y homenajes. Si viene es para ganar y de esta manera entendemos que no puede preparar la Vuelta a conciencia. Contador sabe que tiene abiertas las puertas de la Vuelta", señaló Javier Guillén.
No obstante, el responsable de la Vuelta se mostró esperanzado en poder contar con el único español que ha ganado Tour, Giro y Vuelta en la próxima edición. "Ha dicho que en 2011 quiere hacer dos grandes, esperamos que una de ellas sea la Vuelta", subrayó.
Sin Contador, los focos se van a dirigir en principio a Andy Schleck, el ciclista que abandonará el Saxo Bank para dejar el sitio a su rival número uno en la carretera.
"Después del Tour que ha hecho Andy me imagino que vendrá a ayudar a su hermano Frank, que tuvo la desgracia de caerse en el Tour, eso es algo que espero, pero creo que se implicará en la carrera, y si tiene opciones en la general seguro que luchará por ellas", explicó Guillén.
En cuanto al recorrido, con la novedad del inédito alto de Cotobello en Asturias y el de la Bola del Mundo en Madrid, en la penúltima etapa, el director de la ronda española no duda de calificarlo de "espectacular".
"Tendrá alicientes del primer al último día, con finales en alto, dificultades cerca de meta, también llegadas al esprint con los mejores especialistas... creo que será espectacular", dijo.
Guillén se muestra esperanzado con la etapa madrileña de la Bola del Mundo, con un final en carretera estrecha y cementada que tiene rampas superiores al 12 por ciento en los 3 kilómetros de ascenso desde el alto de Navacerrada. El visto bueno para el final de etapa lo dio Pedro Delgado, doble ganador de la Vuelta, una vez inspeccionado el ascenso in situ.
"La Bola del Mundo es un coloso y será una de las referencias del ciclismo español de ahora en adelante. Me haría mucha ilusión que la Vuelta se pudiera decidir en este alto. Será una homenaje a Enrique Franco (anterior director de la Vuelta), ya que él siempre quiso que la carrera llegase a esta cima", señaló Guillén.
Respecto a la exclusión del equipo Radioshack en la lista de equipos invitados, el responsable de la Vuelta se mantuvo en su posición. "No me arrepiento de nada. Entiendo la polémica que desató tal decisión porque es un gran equipo, pero teníamos otras alternativas. El análisis habrá que hacerlo al final de la carrera. Los equipos seleccionados darán espectáculo", aseguró.
Guillén recordó que el retorno de la Vuelta a los meses de abril y mayo, como antaño, "es un tema que ya no está sobre la mesa" por la sobrecarga en el calendario y volvió a comentar que el ciclismo debe recuperar la espontaneidad y frescura de tiempos pasados, para evitar el ciclismo control y favorecer el espectáculo. La solución, cree, sería "eliminar el pinganillo".
La ausencia de Alejandro Valverde es un contratiempo para la carrera, ya que el último vencedor "no podrá optar a revalidar el título", asunto que a Guillén le hubiera gustado que se solucionara antes. "Ahora toca aceptar la decisión y esperar que vuelva", manifestó.
Preguntado por la ausencia de escándalos de dopaje en las últimas grandes pruebas por etapas, Guillén se mostró muy optimista. "Las cosas están cambiando para bien, de forma clara y contundente, pero hay que seguir alerta porque un positivo supondría resquebrajar de nuevo los cimientos del ciclismo".
Con la novedad de la contrarreloj nocturna en Sevilla y el estreno del maillot rojo que distinguirá al líder, la Vuelta cumple 75 años "notando los efectos de la crisis", pero con la esperanza de ofrecer espectáculo y tirar de imaginación para revitalizar cada vez más la carrera.