El entrenador del Barcelona, Pep Guardiola, asumió la responsabilidad de la derrota de su equipo ante el Sevilla (1-2) en la Copa del Rey [Crónica], especialmente por haber introducido tantos cambios en su alineación titular.
"Hemos perdido y por lo tanto me he equivocado, pero que quede claro que cuando ganamos los seis títulos, los ganamos todos", explicó para dejar claro que todos los jugadores de la plantilla le merecen la misma confianza.
Guardiola también reconoció que durante la consecución de los seis títulos, cometió numerosos errores. "Pero como íbamos ganando, no había quejas", dijo.
Cuando se le pidieron explicaciones sobre el once inicial que dispuso ante el Sevilla, con varios suplentes, Guardiola fue contundente. "Hago cambios porque mando yo, al menos hasta que el presidente me eche. Hago cambios por la salud del vestuario, porque todos los jugadores se lo merecen, se esfuerzan y corren, y quiero que jueguen. Les necesito a todos".
Fiel a su estilo, Guardiola rechazó hablar del árbitro, "sobre todo cuando se ha perdido; seguiremos adelante y punto". "Muy feliz" por el regreso de Milito a la titularidad, Guardiola destacó que el regreso del argentino "es la gran noticia del día para nosotros, además del buen partido de Thiago".
“Intentaremos pasar a cuartos, no hay duda“
Guardiola tuvo que salir en defensa de Dimitro Chygrynsky, uno de los jugadores más discutidos por el público. "Cuanto peor lo pasen los jugadores, más les ayudamos. Le costará más que a otros, porque llegó cuando la temporada ya había empezado, pero saldrá adelante. Y el responsable, además, soy yo. Él simplemente ha venido a jugar al Barça", explicó Guardiola, convencido de que el defensa "mejorará".
Sobre el desarrollo del partido, el entrenador explicó que su equipo se dedicó a "controlar" más que a sentenciar el partido, aunque "nunca le hemos perdido la cara al encuentro. Simplemente, a veces pasan estas cosas".
Jiménez: "Un regalo de Reyes para la afición"
El entrenador del Sevilla, Manolo Jiménez, quiso dedicar la victoria en el Camp Nou en el partido de ida de octavos de final de la Copa del Rey como "un regalo de Reyes para la afición y una dedicatoria para Sergio Sánchez", sobre todo porque al principio le parecía "tremendamente complicado y difícil ganarle al mejor equipo del mundo".
"Veníamos maltrechos por las ausencias, dubitativos por los resultados y cabizbajos, pero hemos aunado esfuerzos para conseguir un regalo de Reyes para la afición y una dedicatoria para Sergio Sánchez. Es tremendamente complicado y difícil ganarle al mejor equipo del mundo, ganan todo lo que juegan y hemos tenido que correr muchísimo para lograrlo", señaló Jiménez tras el partido.
El técnico andaluz recordó su experiencia de ocho años en el filial sevillista para explicar cómo encaraba un partido con tantas bajas. "Estoy muy acostumbrado, cada año nos desmantelaban el equipo y hoy yo tenía muy claro que si el grupo estaba unido y éramos capaces de levantar la cabeza, podíamos hacerle frente a cualquiera", apuntó.
Jiménez desveló que su táctica se basaba en el Barcelona "jugara en su campo el mayor tiempo posible" de forma que fuera Pinto "quien tuviera que organizar" el juego azulgrana. El entrenador se mostró satisfecho porque "el éxito del equipo" se basó en "el trabajo coordinado entre líneas". "Teníamos claro que no somos un equipo de músculo. Con Koné, Navas y Perotti nos teníamos que basar en la velocidad", analizó.