Rafael Nadal se coronó campeón del torneo de exhibición de Abu Dabi, algo que quizá no sea tan importante como haberlo conseguido derrotando en la final al sueco Robin Soderling, que le derrocó en la tierra batida de Roland Garros el pasado verano, en pista rápida y en dos sets 7-6 (2) y 7-5 después de algo más de dos horas de duelo que, lejos de la tensión de los duelos pasados, terminaron ambos con mutuos elogios.
El título en un torneo que no da puntos ATP es lo de menos. Para Nadal, el balance sin duda tras pasar por Abu Dabi es el de un triunfo moral. El ganador de la Copa Davis sale muy reforzado y pone ahora dirección al torneo de Doha, este sí el que da el pistoletazo de salida al circuito de la ATP 2010, donde defenderá los cuartos de final del año pasado, para tomar carrerilla antes del Abierto de Australia.
Si el año pasado cayó en la final de esta millonaria exhibición ante el británico Andy Murray en tres sets, en ésta Nadal sale con la sensación de haber recuperado en parte la frescura de su juego con la que en la primera mitad del pasado año logró dos torneos sobre pista dura, el Abierto de Australia e Indian Wells, con un inicio de temporada nunca visto para el mallorquín.
Con Soderling, Nadal nunca lo tiene fácil. Nada más iniciarse esta temporada, el sueco vive todavía con los recuerdos de su fenomenal 2009 que le sirvió para instalarse entre los ocho primeros del mundo, e incluso participar de manera destacada en la Copa Masters de Londres, gracias al trabajo de su entrenador y compatriota Magnus Norman. Un equilibrio que incluso le ha valido para vencer a Federer por primera vez después de 12 enfrentamientos, el viernes.
Fue en el torneo londinense donde Soderling obtuvo la última victoria sobre Nadal (6-4 y 6-4), un nuevo triunfo después del histórico logrado en los octavos de final de Roland Garros, donde detuvo la marca de 32 partidos ganados de Rafael sobre la arena de París.
A pesar de todo, el balance sigue favoreciendo al español que en torneos oficiales mantiene una ventaja de 3-2. El de este sábado no hubiera contado para las estadísticas pero sí para el de Manacor, empeñado en no dejar que sus rivales se aprovechen de los bajones en su juego a causa de sus lesiones.
Nadal, seguro al saque y rápido de piernas
El partido se decantó en el tramo final del primer set, cuando Nadal apretó, y fue mucho más rápido de piernas que su rival. No obstante y después de salvar dos puntos de rotura en el undécimo, Soderling dispuso de dos puntos de set al siguiente, con servicio de Nadal, pero el de Manacor puso al máximo su maquinaria y logró salvarlos y forzar un desempate donde dominó con gran claridad.
En el segundo la seguridad de Nadal y su mayor frescura contrastó con la irregularidad de Soderling, ya con más problemas al saque y evidentemente cansado.
Nadal rompió en el sexto (4-2) y aunque perdió su servicio a continuación, dispuso luego de tres bolas de partido en el décimo. Soderling las salvó, combinando dobles faltas con aciertos, pero en el duodécimo su volea se estrelló en la red y Nadal se hizo con el triunfo.
"Para mí ha sido muy difícil ganar torneos individuales desde hace seis meses. Competir entre los mejores es siempre muy complicado pero voy a intentarlo un año más. De momento, es importante empezar ganando", declaró el español al recoger su trofeo.
Nadal tuvo palabras de elogio para Soderling, frente a quien había perdido los tres últimos partidos, incluido uno en octavos de final del último Roland Garros: "le felicito por lo que ha hecho en la pasada temporada. Tiene un potencial increíble y es normal que esté entre los diez mejores del mundo".
Soderling también rindió tributo al buen juego de Nadal. "He jugado tres buenos partidos en este torneo, pero Nadal ha jugado muy bien y ha obtenido una justa victoria", declaró el sueco.