Flavio Briatore ha declarado que se ha sacrificado para salvar a su equipo de Fórmula Uno, Renault, después del escándalo del 'Crashgate', como así ha sido bautizado en Inglaterra. "Es el mayor acto de engaño de la historia del deporte", recoge el titular de primera página del diario 'The Times'.
"Yo sólo estaba tratando de salvar al equipo", dijo Briatore después de que Renault anunciara que él y el jefe de ingenieros Pat Symonds habían sido destituídos después de las acusaciones sobre lo ocurrido en el Gran Premio Singapur del año pasado.
"Es mi deber. Esa es la razón por la que todo haya terminado", dijo a los periódicos británicos, y cuyos comentarios hicieron hincapié en la naturaleza potencialmente mortal de un accidente de este tipo, a la vez que retrató a Piquet como a un enfermo del deporte carente de perspectiva moral.
El triple campeón, Niki Lauda, que casi muere en un accidente en 1976 en el circuito de Nürburgring, dijo la FIA tenía que tomar una postura firme. "El escándalo de espionaje de McLaren hace dos años era extremadamente grave, pero en mecánica siempre han espiado los datos técnicos entre sí", dijo.
"Esto, sin embargo, es nuevo. Es el mayor daño que nunca se ha cometido. Ahora la FIA debe sancionar a Renault en gran medida para recuperar la credibilidad del deporte", añadió.
Otro triple campeón, el británico Jackie Stewart, se postuló de acuerdo con Lauda. "Hay algo fundamentalmente podrido y de mal corazón en la Fórmula Uno", dijo a 'The Sun'. "Nunca ha estado la Fórmula Uno en tal estado de ánimo de auto-destrucción. Millones de aficionados se sorprenden. En un deporte que ahora va de crisis en crisis con todo el mundo culpando a los demás.", analizó.