No sabe - o no quiere- explicar el secreto de sus prodigiosas salidas. En Laguna Seca, Dani Pedrosa ha vuelto a dejar atónitos a sus rivales superándolos en los primeros metros. Y eso que las sensaciones no eran buenas. "Al principio, en la parrilla, estaba un poco preocupado: los neumáticos no se calentaban, no tenía 'grip' y apenas podía inclinar la moto. Por eso en las dos primeras vueltas he ido suave", relató Pedrosa. "Después, con las gomas ya calientes, he sido rápido, mucho más que en los entrenamientos".
La puesta a punto de su Honda RC212V ha sido el factor clave, según el piloto de Castellar. "Las Yamaha encuentran su mejor 'setting' enseguida, el viernes. Nosostros tenemos que jugar más para encontrarlo. Hoy hemos dado con él. Habrá circuitos donde no sea tan fácil. La moto es la misma que en Assen y allí nos fuimos los dos pilotos al suelo".
La carrera fue casi perfecta. Ese 'casi' fue "el único error que he cometido. Vi en mi pizarra +1.7 y pensé que si me dejaba un segundo aún llegaría a 0.7. Pero me relajé demasiado, algo que no hago normalmente. En la última curva oí el motor de Rossi. Por suerte no ha pasado nada, pero me lo apunto para la próxima", contó Pedrosa.
Su primera victoria con los Bridgestone llega tras 17 carreras de sequía. Las lesiones se han cebado con el piloto catalán. Demasiado sufrimiento. "Una carrera no compensa todo un año".
Dani dedicó a su equipo la victoria: "ellos están luchando sin resultados porque yo físicamente no me encontraba bien. Se merecen esto. Y quiero darle las gracias a los doctores por devolverme a mi mejor nivel", concluyó un sonriente Dani Pedrosa.