A pesar de la experiencia acumulada en tres Juegos Olímpicos como judoka, el madrileño Ernesto Pérez Lobo, se sigue emocionando con los cinco aros. Esta semana ha vivido, al igual que el resto, con tensión la visita de los miembros del COI a la ciudad. Además, a él le tocó contribuir a cocinar el plato estrella del menú: la visita a las sedes.
'Estoy encantado de haber trabajado aquí, pero además estoy encantado del recibimiento que hemos tenido en todas las sedes', nos comenta, 'ver cómo todo el mundo se ha volcado con nosotros, cómo todo el mundo se ilusiona y se apasiona'.
Por eso, el doble medallista olímpico -plata en Atlanta (1996) y bronce en Sydney (2000)- tiene claro que Madrid 2016 se merece organizar los Juegos 'pero sobre todo por la ciudad, todos los madrileños'.
A su juicio hay bastantes razones para sentirse satisfecho de cómo fue la jornada del miércoles, y da una clave para entenderlo: 'Si te resaltan que has hecho algo bien es porque realmente piensan que lo has hecho bien; si es normal no te dicen nada y si está mal, pues, por educación, por cortesía, no te dicen nada o te lo dicen de forma muy delicada'.
Como anécdota, se guarda en la memoria la charla con Popov, con el que coincidió en los Juegos de Atlanta, aunque no se conocían personalmente: 'Estuvimos hablando de judo, porque es un deporte muy fuerte en Rusia'. Pero no hubo tiempo para la nostalgia: 'Lo pasado, pasado está. La vida te va ofreciendo otras cosas, te va marcando otras metas, y ahora la mía es que mi ciudad sea sede olímpica'.
Así pues, balance positivo y un merecido descanso: 'Lo que más me pide el cuerpo es descansar un poquito; lo voy a intentar porque ha sido un trabajo muy duro para todos y nos merecemos un descansito'.