Dos puntos en cinco partidos; eso es todo lo que ha ganado el Atlético de Aguirre en lo que llevamos de año. Todo lo contrario que el Barça de Guardiola y el Madrid de Juande, que cuentan sus partidos por victorias.
La racha, ya de por sí negativa, es además la peor de Javier Aguirre desde que es técnico rojiblanco. 'El Vasco' ha visto impotente cómo su equipo pasaba de estar en puestos de Champions el 31 de diciembre de 2008 a quedar fuera de los puestos de la UEFA el 31 de enero de 2009.
La mala situación deportiva, agudizada por la bronca del público del Calderón -al equipo, al banquillo y al palco- han puesto en la picota a Aguirre. El entrenador mexicano puede estar viviendo sus últimos días en el banquillo atlético y ya empiezan a sonar recambios.
La dificultad para encontrar un recambio de garantías ralentiza el relevo, pero el club que preside Enrique Cerezo tiene en cartera como soluciones de urgencia la de viejos conocidos como el ex guardameta Abel Resino, actualmente en el Castellón.
Otra opción es la de candidatos en nómina como José María Amorrortu, que dirige la cantera, y Milinko Pantic, que está al frente de la Fundación.
Aguirre, balones fuera
Mientras, Aguirre no quiere entrar al trapo de las insinuaciones de la prensa. El mexicano se evade con las habituales respuestas de "nadie me ha comunicado nada" y "tengo un contrato" para aferrarse al cargo.
Sin embargo, en la última rueda de prensa tras la derrota ante el Valladolid, el entrenador rojiblanco admitió que Cerezo les abroncó en el vestuario: "Enrique habló fuerte", señaló Aguirre, aunque rápidamente dejó claro que esas cosas "se quedan en el vestuario" para no entrar en detalles.