Con 20 años, la patinadora finlandesa Laura Lepisto ha logrado en su país la victoria en el Campeonato de Europa de patinaje artístico. Lepisto, que ya fue bronce en la pasada edición del Europeo, supo clamar los nervios propios de quien compite en casa y con dos compatriotas disputando el podio con ella, e hizo un ejercicio casi perfecto, con unas piruetas de mucha dificultad y rapidez. La plata se la llevó la italiana Carolina Kostner, mientras que el bronce, para delirio del pabellón, fue para la también finlandesa Susana poykio.
El mejor programa libre de la noche en Helsinki, sin embargo, no fue el de ninguna de las dos finlandesas, sino el de la italiana Carolina Kostner, que ha vuelto a tener una competición con una de cal y otra de arena.
La de cal, en el programa corto disputado en el viernes, donde una caída inesperada la alejó de la victoria; la de arena en la final, donde demostró que lleva muchos años compitiendo y cuando logra templar los nervios y hacer su programa limpio, es una de las patinadoras más elegantes y eficaces de los últimos años. En la final de Helsinki Kostner perdió el oro en el programa corto, pero en el largo demostró una elegancia y una rapidez en la pista inigualables, y sus saltos fueron los de más altura y limpieza.
Susana Poykio, que tras un año lesionada ha vuelto a la competición internacional en este Europeo, tuvo que demostrar unos nervios de acero porque toda la presión caía sobre ella tras unos programas soberbios de su compatriota y de la italiana, que la obligaban a hacer un ejercicio limpio para seguir en el podio.
No fue limpio del todo pero no se cayó y logró salvar algunos saltos por los pelos, sobregirados, sacarse de la manga algún salto no incluído inicialmente en su programa para arrancar algunas décimas más a los jueces. Un esfuerzo que éstos compensaron con la tercera plaza en el podio, que le vale a Poykio para afrontar con más fuerzas que nunca el Mundial que se celebrará en Los Ángeles dentro de un mes, y también para demostrar que el patinaje finlandés, en su vertiente femenina, está entre los mejores del mundo.
Un éxito nacional del que no puede presumir la que siempre se ha considerado una de las grandes potencias en patinaje artístico, Rusia, que se va de Helsinki con tan sólo tres medallas de 12 posibles: dos en parejas (plata para Kawaguchi y Smirnov; bronce para Mukhortova y Trankov) y una en danza (oro, para Khokhlova y Novitski).
En cuanto a la representación española, no demasiado afortunada estuvo la patinadora madrileña Sonia Lafuente, que pese a clasificarse para la final tras un brillante programa corto, no tuvo su mejor noche en Helsinki para el programa largo, donde se cayó dos veces, y finalizó la competición en la posición 23.