El Estadio de los Trabajadores fue construido en 1959. Fue uno los edificios públicos de Pekín más importantes y ha acogido multitud de eventos deportivos internacionales.
Medio siglo después, una profunda remodelación lo ha preparado para que éste sea el santuario del fútbol. La perla del estadio es una nueva y espectacular pantalla de 120 metros cuadrados que puede rotar 180 grados y que permitirá a los espectadores no perderse ni un detalle de los partidos.
Tiene capacidad para asumir 64.000 espectadores