Lotería de Navidad 2018

María Galiana: "Rechazo el juego porque me parece un vicio"

  • Personas conocidas o anónimas van contracorriente y no juegan a la lotería, ni siquiera en el sorteo de Navidad

  • Busca tu número favorito para la Lotería de Navidad y sabrás dónde comprarlo

CRISTINA PÉREZ
5 min.

La Lotería de Navidad es una tradición tan arraigada en España que cuesta encontrar a alguien que no participe en el sorteo extraordinario del 22 de diciembre. Es difícil resistirse a comprar el décimo del trabajo o decir que no a las participaciones que ayudan a causas benéficas. Entre las personas que van a contracorriente las hay famosas y anónimas pero todas tienen sus razones para no jugar a la Lotería.

La actriz María Galiana que encarna a Herminia en Cuéntame lo tiene muy claro. Esta sevillana de 83 años rechaza el juego y explica a RTVE.es que le parece "un vicio que puede llegar a obsesionar y destruir a personas". Como profesora de Historia en varios institutos, jubilada desde el año 2000, le preocupa la formación de los adolescentes y considera que "el fomento del juego es bastante pernicioso, sobre todo para los jóvenes”.

Galiana está "totalmente en contra de apuestas y juegos de azar en general". Esta madre de cinco hijos argumenta que con la ludopatía "la gente puede llegar a perder su capacidad para ser libre, una de las grandes facultades del ser humano".

Matiza su posición si es por una buena causa: “Sí admito participar en alguna rifa benéfica o que sea para un fin recomendable, como obras solidarias o recreativas (viajes de estudios, etcétera)”, comenta.

"Es una estafa y no creo en ella"

Ignasi es un fotógrafo de 61 años que no juega a la Lotería porque "es una estafa y no creo en ella", añade que para tirar el dinero prefiere dárselo a alguien que le haga falta. La sabiduría popular recoge como sinónimo de tener mucha suerte o de que ocurra algo muy improbable la expresión "que te toque la lotería". Este barcelonés está de acuerdo e indica que para él "es como creer en fantasmas".

A lo largo de su vida profesional ha trabajado en muchas empresas en las que jugaban todos. "Yo era el imbécil que no jugaba, les decía que si les tocaba el Gordo me invitaran a una cerveza, pero nunca les tocó nada". Tampoco compra participaciones ni le regalan lotería "porque ya me conocen".

Para respaldar sus argumentos, Ignasi cuenta una anécdota: "Una vez propuse a diez amigos que pusieran 100 euros cada uno, que yo organizaba el sorteo y me quedaba con 100 euros y al que ganase le daba 900. Todos dijeron que era una estafa, que “menudo morro”, pero es así la banca gana y todos los demás vais a perder". En su opinión, "eso es exactamente lo que hace el Estado".

En la propuesta de Ignasi la tasa de reparto era mucho más alta que la de Loterías y Apuestas del Estado, con ese ejemplo todos lo vieron claro pero sin embargo siguen jugando. El fotógrafo recalca que "la Lotería es un monopolio y un negocio del Estado, por eso está controlado el juego y no te dejan organizar sorteos".

"Es imposible que toque"

Mucho más joven es Marta, una periodista cántabra de 28 años, que tampoco juega a la Lotería. En su caso cree que "es imposible que toque. Hay una probabilidad tan pequeña que me parece absurdo gastarse el dineral que se gasta mucha gente para que luego no toque”.

De primeras afirma que no ha jugado nunca pero, rascando un poco, admite que no ha comprado ningún décimo pero sí que ha contribuido con alguna participación de algún colegio o asociación. Ahora cuando le ofrecen lotería o participaciones dice que no, aunque le insisten mucho con el argumento de que si toca “vas a llorar” pero "si algún día toca, lo asumiré con dignidad".

De momento, la suerte no ha pasado por su lado, nunca le ha tocado a alguien que le haya ofrecido un décimo. Con todo, reconoce que si todos sus amigos compran lotería “reza para que no les toque” aunque le “haga sentir un poco mala persona”. Sugiere que hay una brecha generacional, que sus abuelas juegan a todo (lotería, quiniela, la ONCE, la primitiva), sus padres solo en la Lotería de Navidad y ella, su hermano y sus primos prácticamente no juegan.

"No regalo dinero al Estado"

Meritxell es una economista catalana de 46 años y no juega aunque una vez tocó la lotería en su trabajo. "Otro compañero, profesor de econometría en la UB, y yo estábamos muy felices porque el resto tenían suerte, les llegó a tocar dos millones de las antiguas pesetas por décimo, incluso le tocó a la señora de la limpieza". Una circunstancia que les sirvió para reafirmarse en su decisión de no jugar.

Entre sus razones esgrime que "la probabilidad estadística de que toque es muy baja y en lugar de regalar dinero al Estado en impuestos de este tipo lo invierto en otras cosas". Meritxell confiesa que no jugar "es difícil, hay que superar muchas presiones y en ocasiones hay que ponerse radical".

Esta economista piensa seguir así, sin comprar ni siquiera participaciones de lotería porque "prefiere aportar a causas humanitarias de otra manera", aunque admite que si le regalan alguna papeleta en los puestos del mercado municipal no la rechaza.

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